MasterChef tuvo su Sorpresa y Media

Lunes, 28 de julio de 2014
Contra todos los pronósticos, la estudiante de enfermería Elba Rodríguez se hizo acreedora al premio mayor de MasterChef Argentina. Nada menos que 250.000 pesos, una beca para estudiar y un libro con sus recetas. ¿Qué pasó en el último mes para que Pablo, el abogado, pasara de banca a punto?



MasterChef Argentina 2014 tuvo rating, es verdad. Esto demuestra que hay gente a la que le gustan este tipo de cosas, a “lo Tinelli”. Y como en ShowMatch, uno nunca sabrá “la verdad de la milanesa”. Sólo la producción, los jurados y tal vez el conductor del programa, Mariano Peluffo. Nosotros habíamos informado, siempre en condicional, que el gran candidato era Pablo Fekete, el abogado de 27 años, que llegó a la final junto con Elba Rodríguez, de 23, estudiante de enfermería. Entre el hogar humilde y la profesión más odiada del mundo del otro lado, los jurados terminaron por votar como lo había hecho el público en las redes sociales. Todos querían que ganara Elbita, porque además Pablo había tenido algunos episodios que le jugaron en contra. Como cuando decidió no salvar a quien antes lo había dejado en el programa. Esto le ganó la enemistad de los televidentes y hasta de sus propios compañeros.

Finalmente, fue Elbita la ganadora de MasterChef Argentina. FDO había adelantado a principios de julio que el gran candidato era el abogado Pablo Fekete, pero finalmente se debió conformar con el “cebollita subcampeón”

Y ya sabemos cómo funciona esto, al público hay que darle “pan y circo”. La verdad es que emocionó la alegría desbordada de Elbita y su familia, que seguramente necesitaban el dinero. Ahora la estudiante de enfermería quizá se dedique a la cocina en forma profesional. En el último programa, los tres jurados trataron a ambos como “colegas”, como si un ciclo de casi cuatro meses hubiera convertido a los participantes de la noche a la mañana en chefs. Sí, en chefs, no en cocineros. O sea que por ahí los vemos protno a los dos comendando una brigada, sin haber entrado nunca a una cocina de verdad.

Pero así es la televisión. Como público entendido en la materia, MasterChef nos dejó una sensación amarga. Porque no estuvo a la altura de su original británico, que al fin y al cabo tampoco nos parece un buen formato porque humilla a la gente, pero que como tuvo mucho rating, seguramente tendrá su segunda temporada, cual Gran Hermano de la Cocina.

El último programa del ciclo tuvo primero una semifinal, donde también participó Natalie, la diseñadora gráfica de 42 años, que se sabía que no tendría chances. Codorniz fue la carne elegida. Y luego los dos finalistas debieron preparar un menú de su propia elección. Así, Pablo optó por productos más sofisticados y propios de un profesional, por sobre los platos de Elbita, más caseros. Por tanto, no sabemos bien qué es lo que eligieron los jurados, porque más allá de que hacíamos fuerza por Elbita, nos parecían más logrados los de Pablo. Esto resulta un tanto prejuicioso, por supuesto, ya que no tuvimos la posibilidad de probarlos como sí lo hicieron el tano, el franchute y el de Necochea. Fekete preparó consomé de langosta y cola de langosta pocheada; rack de cordero de principal, y tarta de chocolate blanco como postre. Elbita, en cambio, se decidió por una simplísima ensalada Waldorf; lasagna a la boloñesa y mousse de chocolate. Sin saber de quién eran los platos (ojalá hubiera sido a ciegas la decisión de los jurados), seguramente el resultado hubiera sido otro.

El ciclo estaba grabado y los que sabían cómo había terminado el certamen, mantuvieron un silencio de radio, aunque alguien abrió la boca, porque Crónica TV apeló a su “placa roja” para informar cuatro horas antes que la ganadora era Elbita.

Ahora bien, ¿qué pasó para que el favorito se quedara con las ganas? Insistimos, nunca lo sabremos a ciencia cierta. Pero algo queda claro: se votó más con el corazón que con el cerebro. Una forma más de desvirtuar la esencia del programa, más allá de que todos queríamos que ganara Elbita.

 
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