Despertando los sentidos en Casa EnnaMiércoles, 22 de mayo de 2013
Diego Zárate, chef de Casa Enna, nos recibió en La Plata con un espectacular menú de 12 pasos. ¿No será hora de incluirlo en la lista “exclusiva” de nuevos cocineros argentinos? La Plata también existe.
Conocimos primero Jesolo, lugar de culto para los amantes de las pizzas en la ciudad de las diagonales, y luego Casa Enna, donde los hermanos Zárate, Diego y Patricio, junto al gerente, Diego Velazco, deleitan los paladares platenses (y de los que no nos amilanamos con el viajecito) a precio increíble, según los parámetros porteños. El lunes 20 de mayo fue la cita, con un grupo de amigos y colegas periodistas, con el gran Horacio De Dios a la cabeza, su hijo Julián De Dios, editor de las mejores guías turísticas del mercado; Martín Teitelbaum; otro amigo, Arnaldo Gometz, y quien suscribe. Pese a haber concurrido a su restó varias veces, siempre con menú armado para la ocasión, “fuera de carta”, gran privilegio sin dudas, nos recordaba Diego que nunca nos dio a probar un plato idéntico. Y es verdad, siempre nos sorprende con algo nuevo. Su cocina es de autor, realmente, pero tiene la particularidad de asociarse a productos nativos, yerba mate, perdices, guiso de lengua con maíz, etcétera.
Si hablamos de una “Cocina Argentina” en construcción, no puede faltar este chef platense. Y a los que creen que ya la tenemos, les falta una pata en la mesa. Depende que quién haga la compulsa sobre los que tienen que estar entre los innovadores vernáculos; son pocos los colegas que han conocido este lugar que nos encanta, por la calidez de su gente y la calidad de la comida. A veces hay que salir de los circuitos tradicionales y bucear en el interior, aunque en este caso sea a apenas 60 kilómetros de Buenos Aires. Mejor aún, el viaje es cómodo y rápido, vale la pena. Aunque algunos no salen de Palermo Hollywood, lamentablemente.
El almuerzo tempranero incluyó un “desayuno argento: mate cocido con leche” en versión de espuma de leche y esfera de mate cocido). Luego “interpretación libre de langostinos con copia de curry” (sí, un brebaje made in Casa Enna hecho con curry). Excelente paso a los pescados, con carpaccio de pez espada, primero, y salmón blanco con aceitunas negras y espuma de calabaza, después. Colegas “pescadofóbos” háganse veganos.
Las perdices con salsa de chocolate, oliva y pimienta negra, fueron sorprendentes. Seguimos con una tostada montadita con confit de pato, para pasar al guiso de lengua, maíz y porotos. Lo más insólito fue el asado con ensalada mixta (mejor vean el video porque una imagen vale más que mil palabras). Para el final salado, rabo de toro al vino tinto.
Y los dulces: espuma de chocolate con granada; crema quemada de yerba mate, y la sorpresa del “Monte Blanco”. Las caras de la despedida lo decían todo, sólo sonrisas que se pueden apreciar en la foto. Un menú impresionante. Los que no hayan ido aún a Casa Enna, pues no saben lo que se pierden.
Conocé más datos de Casa Enna, leyendo la nota que publicamos en Olla Restós
Fotos y video: Julián De Dios
Conocimos primero Jesolo, lugar de culto para los amantes de las pizzas en la ciudad de las diagonales, y luego Casa Enna, donde los hermanos Zárate, Diego y Patricio, junto al gerente, Diego Velazco, deleitan los paladares platenses (y de los que no nos amilanamos con el viajecito) a precio increíble, según los parámetros porteños. El lunes 20 de mayo fue la cita, con un grupo de amigos y colegas periodistas, con el gran Horacio De Dios a la cabeza, su hijo Julián De Dios, editor de las mejores guías turísticas del mercado; Martín Teitelbaum; otro amigo, Arnaldo Gometz, y quien suscribe. Pese a haber concurrido a su restó varias veces, siempre con menú armado para la ocasión, “fuera de carta”, gran privilegio sin dudas, nos recordaba Diego que nunca nos dio a probar un plato idéntico. Y es verdad, siempre nos sorprende con algo nuevo. Su cocina es de autor, realmente, pero tiene la particularidad de asociarse a productos nativos, yerba mate, perdices, guiso de lengua con maíz, etcétera.
Si hablamos de una “Cocina Argentina” en construcción, no puede faltar este chef platense. Y a los que creen que ya la tenemos, les falta una pata en la mesa. Depende que quién haga la compulsa sobre los que tienen que estar entre los innovadores vernáculos; son pocos los colegas que han conocido este lugar que nos encanta, por la calidez de su gente y la calidad de la comida. A veces hay que salir de los circuitos tradicionales y bucear en el interior, aunque en este caso sea a apenas 60 kilómetros de Buenos Aires. Mejor aún, el viaje es cómodo y rápido, vale la pena. Aunque algunos no salen de Palermo Hollywood, lamentablemente.
El almuerzo tempranero incluyó un “desayuno argento: mate cocido con leche” en versión de espuma de leche y esfera de mate cocido). Luego “interpretación libre de langostinos con copia de curry” (sí, un brebaje made in Casa Enna hecho con curry). Excelente paso a los pescados, con carpaccio de pez espada, primero, y salmón blanco con aceitunas negras y espuma de calabaza, después. Colegas “pescadofóbos” háganse veganos.
Las perdices con salsa de chocolate, oliva y pimienta negra, fueron sorprendentes. Seguimos con una tostada montadita con confit de pato, para pasar al guiso de lengua, maíz y porotos. Lo más insólito fue el asado con ensalada mixta (mejor vean el video porque una imagen vale más que mil palabras). Para el final salado, rabo de toro al vino tinto.
Y los dulces: espuma de chocolate con granada; crema quemada de yerba mate, y la sorpresa del “Monte Blanco”. Las caras de la despedida lo decían todo, sólo sonrisas que se pueden apreciar en la foto. Un menú impresionante. Los que no hayan ido aún a Casa Enna, pues no saben lo que se pierden.
Conocé más datos de Casa Enna, leyendo la nota que publicamos en Olla Restós
Fotos y video: Julián De Dios
