Hay un Chimú “Criollo” en la zona de Abasto-Once, y ahora también un Chimú Nikkei, en Belgrano. El agregado de sushi es la diferencia más apreciable entre uno y otro.
Chimú Nikkei es una nueva opción de cocina peruana con influencia oriental. El restó no es otra cosa que un apéndice del Chimú de la calle San Luis, donde se ofrece una comida netamente “criolla”. La influencia de sabores marca la diferencia entre una y otra propuesta, donde el agregado de sushi es el punto a tener en cuenta. Hay que decir que los precios son muy razonables, y cuentan con menús especiales de valor más que conveniente, eso sí el pago es únicamente en efectivo. La carta es amplia, cuesta decidirse, como suele ocurrir en estos casos. Los tiraditos salen en porción entera de 14 fetas o de media, con 7 fetas. Los hay clásicos y otros influenciados por “lo oriental”. Y en materia de ceviches, el más ortodoxo lleva lenguado, cebolla morada, lima y cilantro; en tanto que el Nikkei le incorpora callos de vieiras, langostinos y salsa nikkei. También se puede optar por la degustación de tres variedades.
Las causas de Chimú vienen en porciones de tres unidades: clásica, de vieiras a la huancaína, chicharrón de calamar, langostinos escabechados , tako al ollivo de pulpo, y tartare de salmón. A elección se pueden solicitar cinco causas a gusto del cliente. Las jaleas (o “dúos marinos”) son otro capítulo importante en Chimú. Está la clásica, con pesca del día y mix de mariscos, con zarza criolla y yuca frita, y además la opción nikkei, de salmón y langostinos en panko y sésamo frito con zarza oriental y chips de batata. También preparan empanadas (de ají de gallina) y anticuchos, de pulpo, lomo y langostinos.
Ceviches, tiraditos, causas, jaleas y sushi coinciden en la carta del nuevo Chimú Nikkei en el barrio de Belgrano. Buenos precios, pero hay que pagar en efectivo.
Los platos principales cuestan mucho menos que en otros lugares de este tipo, por ejemplo el lomo envuelto en jamón serrano, salteado de lomo (fusión chifa); ají niwatori (guiso cremoso con hilos de pollo y ají amarillo, plato de la época colonial), tacu tacu con crema de mariscos a lo macho; salmón en miel de arándanos y ají panca, con risotto de quinoa. El sushi varía entre clásicos, “aperuchados” y “premium”. Pueden pedirse en combos. Una buena idea es pedir el menú degustación en pasos, con causas, anticuchos, 15 piezas de sushi, postres y bebidas más un vino de la casa. Los menús ejecutivos del mediodía tienen una excelente relación precio calidad.
Y para el final, sólo para los muy golosos, torta tres leches y arroz con leche Chimú. O mejor aún, la no tan dulce gelatina de pisco de hinojo con mousse de frutos rojos y tuil de jengibre. Otro peruano más… pero éste con precios más amable y buena calidad.
Un restaurante de campo como los hay a montones en Italia. Peumayén, cuyos dueños son descendientes de alemanes del Volga, ofrece una cocina auténtica en la que se entremezclan platos autóctonos y de inmigrantes.