Beber cerveza del “pico” es cosa de yanquis

Viernes, 13 de julio de 2012
Parece una costumbre de jóvenes y algo de eso hay, pero como muchas modas poco ortodoxas ésta también llegó de USA, donde todos beben cerveza de la botella o de la lata. Basta ver cualquier película yanqui y se comprobará que  vasos y copas brillan por su ausencia.

El ámbito fue la presentación de una nueva cerveza, la Imperial Scotch Ale, con receta original escocesa y una calidad difícil de encontrar en nuestro devaluado mercado local. Ominosa costumbre yanqui, como la del “refill”, una especie de canilla libre de gaseosa de máquina que es pura azúcar y pura química, beber cerveza del pico de la botella o directamente de la lata, es un atentado a la razón. Las promotoras, muy bonitas te acercaban porrones (ojo que en Santa Fe el porrón es la botella grande). Las camareras ídem y una de ellas se sorprendió cuando le pedimos copas, como ocurre cuando le decimos a un mozo cualquiera sin experiencia, que nos enfríe el vino tinto servido a temperatura ambiente del tórrido verano porteño.

Por fortuna, cuando llegó la estrella de la mañana, la Scotch Ale, llegaron los vasos. Así fue posible ver su color, comprobar su estructura, detectar sus aromas y la persistencia de la espuma, que en el caso de una cerveza de estas características exige esta virtud. No había pasado lo mismo con las otras tres variedades de Imperial. Beber de la botella o la lata, impide que uno pueda apreciar todas esas características que el maestro cervecero se ha esforzado en darle a su producto. Consultada gente más joven que uno, unánimemente nos han dicho que si te dan una botella en determinado lugar, nunca piden vaso o copa. Es que la costumbre ya se ha extendido a diversos ámbitos, que incluyen hasta los restaurantes, una falta de respeto a las buenas costumbres pero también a la mejor manera de consumir una bebida de calidad.

Hay que decir que en nuestros bares y restaurantes, todo se hace de manera rápida y desprolija. Pocos saben hacer un tiraje como corresponde. Y si para trabajar menos se le da al cliente la botella o la lata, pues mucho mejor, ni siquiera habrá que lavar la copa. En Alemania o la República Checa, por caso, el tiraje es un arte en sí mismo. Cada maestro tiene su secreto, pero la ortodoxia indica que hay que arrimar la botella o el grifo al lateral de la copa, levemente inclinada, para dejar que se vierta el contenido hasta que la espuma alcance el borde. Lo ideal es “cortar” la espuma con una espátula de madera, volver a servir, volver a “cortar” tantas veces como sea necesario, hasta que quede una capa de espuma de al menos dos centímetros. Lleva su tiempo pero vale la pena.

En nuestro medio, donde la mayoría toma la cerveza a la que “no le encontramos sabor”, muchos creen que si te dan el chopp con mucha espuma te están “robando”. Pero también en esto hay muchas variantes: un santafesino te la devuelve si le servís una cerveza sin espuma; un cordobés hará lo contrario porque con espuma es menos líquido, y por ende piensan que te están estafando. De todas maneras, no soporto cuando un mozo o camarera te sirve la cerveza con rapidez e inclinando totalmente el vaso o copa para que no se genere mucha espuma. Primer error: no preguntar. Segundo: no deberían hacerlo porque la cerveza se sirve de la forma que mencionamos más arriba. Pero de todas maneras es mejor una cerveza mal servida a beberla en botella o lata.

 
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