Hoy los restaurantes de cocina peruana se han reproducido a “troche y moche”. Pero precisamente ha sido
Moche
el precursor de un tipo de propuesta peruana de alto nivel, en contraposición a los bodegones del Abasto y de otros barrios porteños. Esto ha hecho posible que la culinaria del país hermano (término nunca mejor expuesto porque sólo ellos, la gente del Perú, han sido los que se pusieron del lado argentino durante la época de la guerra de Malvinas), pasara a destacarse por mérito propio. Ya han pasado más de seis años desde que
Moche
irrumpió en la gastronomía porteña, a través de la iniciativa de Johnny Rodríguez. La referencia del nombre del restaurante surge de la cultura arqueológica mochica, que tuvo lugar en el Antiguo Perú, desde el año100 A.C. hasta el 700 D.C.
En sus principios,
Moche
ofreció únicamente cocina peruana ortodoxa, pero hoy ha dado un giro hacia la fusión nikkei y el sushi bar. Por ello el estilo ha virado a lo “Peruano Fu-Kei y Sushi Bar”. Para ello la casa cuenta con el aporte de la chef Steffany Sánchez Francia y el sushiman Edo Fuki Flores. La nueva carta lleva el título de “Inka se Fusiona”. Otra novedad es que según el tipo de cocina que se elija, uno podrá optar por los diferentes salones en que ha sido ambientado el restaurante. Para empezar, se sugierela Ronda Moche, que incluye ceviche de lenguado, tiradito de rocoto, causa de langostinos y papas en crema Huancaína), o bienla Ronda del Inka, donde se pueden probar los anticuchos peruanos, ají de gallina, lomo salteado y mariscos en su salsa). Ya en los principales, hay mero a lo macho, adobo de cerdo con ravioles de batata y anís, risotto ala Huancaína con mariscos, y cordero de casa acompañado de especias.
Por el lado de la fusión, aparecen los langostinos crocantes en salsa de mango, sake tataki (salmón rosado sellado en sésamo sobre espejo ponzu), tiracuyá (tiradito con salsa de maracuyá) y sake crunch (filet de salmón rosado con salsa de maracuyá con chaufa peruano). Los que lo prefieran, puede ir directamente al Sushi Bar, para probar geishas, nigiris, sashimi y futumakis, algunos muy originales creados por el sushiman, como el Sinchi Maki, relleno de lenguado, marinado en salsa nikkei, palta y finalmente arrebozado con quinoa.
Los más golosos podrán disfrutar de los muy dulces postres peruanos, tal la torta tres leches, o los menos empalagosos mousse de maracuyá, y el trío de sorbete de mango, chicha morada y frutillas. Imposible evadir un Pisco Sour, luego cerveza peruana para acompañar la comida, o un buen Torrontés salteño que le va muy bien a la comida. Los precios son altos pero la comida lo vale. Eso sí, podría evitarse el cobro del servicio de mesa ($ 13), aunque a diferencia de otros lugares peruanos pretenciosos, te dan algo a cambio.
Moche - Nicaragua 5901 - Tel: 4772-4160. Abierto todos los días mediodía y noche, principales tarjetas.
Un restaurante de campo como los hay a montones en Italia. Peumayén, cuyos dueños son descendientes de alemanes del Volga, ofrece una cocina auténtica en la que se entremezclan platos autóctonos y de inmigrantes.