Disfrutar de las comodidades de un Lodge mendocino en plena montaña, rodeados de viñedos, con vinos y burbujas, resulta una experiencia fascinante. Más aún si hay algo que festejar. En el silencio apenas transformado por el canto de los pájaros, uno se pregunta por qué vivimos tan acelerados y no le damos tiempo a la reflexión y al goce de las cosas más simples de la vida. Entre ellas, la cocina y el vino.
Rosell Boher Winery Lodge - Dirección: Servidumbre de Paso S/N, Ugarteche, Alto Agrelo, provincia de Mendoza. Teléfono: 0261 15 339-9989. IG: @rosellboherlodge
A 45 kilómetros de la ciudad de Mendoza, nos espera el paraíso (o algo muy parecido). Paisaje, montaña, viñedos, buena comida, vinos y burbujas, tranquilidad y relax. Allí uno no puede estar acelerado, ansioso o apurado por hacer algo banal e intrascendente.
Ya conocíamos el lugar, pero nos había quedado la impotencia de la anterior visita programada que malogró la maldita pandemia. A veces pasa que una ciudad, un lugar, nos sorprende mucho la primera vez y luego se nos va haciendo cada vez menos atractiva. Siempre hay excepciones que confirman la regla y, para nosotros, éste es el caso de Rosell Boher Lodge, dotado de todas las comodidades que uno requiere para vivir una experiencia memorable.
Quizás a otros no les importe tanto la comida, o tal vez los vinos no son algo que consideren imprescindible. Sería contradictorio, ya que estamos en la provincia más vitivinícola del país. No es ciertamente nuestro caso.
El Lodge cuenta con dos opciones: la carta del restaurante y la de room service. Ya nos referiremos al primero, cuya propuesta está a cargo del chef ejecutivo Emiliano Gasque, que cuenta con vasta experiencia en la gastronomía de bodegas.
Si uno decide pedir a la villa (decir habitación le queda chico), el huésped contará con dos ventajas apreciables: por un lado (si son las villas más nuevas), hay una cava dentro de la misma habitación, "camuflada" por una de las puertas del mueble que ocupa toda una de las paredes laterales).
Y, por el otro, se puede comer tanto dentro de la habitación como el patio, o bien en la terraza y luego beber una copa de espumante en el yacuzzi con una vista a la finca y la Cordillera de los Andes, en el horizonte.
LA PROPUESTA DEL RESTAURANTE
La cocina está basada, principalmente, en los productos mendocinos. Lo que se denomina del "KM 0", siendo Mendoza una provincia exuberante en cantidad y variedad de alimentos no es poca cosa. No sólo de uva y vino vive la provincia.
Puede empezarse con algo clásico, como el dúo de empanadas, de carne cortada a cuchillo y su salsa yasgua, y las de queso y cebolla caramelizada. O bien optar por la provoleta de cabra, que sale con pesto de tomates y pistachos tostados.
Otra variante más elaborada, es la trucha (que se pidió vuelta y vuelta, poco cocida y así llegó a la mesa) con romesco, zanahorias en escabeche y gel de espumante. También hay un requesón de cabra, con vegetales, brotes y nueces caramelizadas.
En materia de principales, sirven dos platos de carne vacuna: corte de novillo Angus con vegetales orgánicos y chimichurri de jarilla (compartible por su tamaño generoso); y la entraña con tomates a la plancha, alioli de ajos fermentados, zanahorias y verdeo.
También probamos los ñoquis de camote, con manteca tostada cítrica, brotes orgánicos y escamas de queso Reggianito. Un plato súper recomendable es la costilla de cordero hecha a baja temperatura en su jugo, habas, menta y ciruelas pasas.
Para el final, panqueque relleno con dulce de leche de cabra, helado de Bailey's y almendras tostadas cítricas; mousse de chocolate con crumble de algarroba y canela, sal de mar y oliva, frutillas y almíbar de cedrón; y flan de hojas de higuera, con salsa toffee, aire de leche de cabra, higos y praliné de semillas.
Estos platos pueden pedirse en forma separada o bien con maridaje incluido que incluyen tres opciones (con etiquetas Casa Boher, Casa Boher Gran Reserva o Rosell Boher).
Lo interesante es que también se sirven vinos y espumosos en copa y está disponible todo el portfolio de la bodega con excepción del Grande Cuvée Millésimée (que solo puede pedirse en botella).
Quienes opten por alguno de los maridajes, tendrán bonificado el servicio de agua y café. Por otra parte, la atención resultó muy cordial y atenta. Los valores son híper razonables, así por ejemplo el menú de tres pasos sin bebidas cuesta $ 59.000 y el más costoso, $ 100.100 por persona.
ROOM SERVICE
La carta de habitación comprende empanadas, ensalada Caesar y pizzetas; además de un exuberante ojo de bife en pan ciabatta, con alioli, cebolla morada, hojas verdes, tomate, huevo y queso Cuartirolo, ideal para dos personas.
Asimismo, cuentan con milanesa de carne vacuna o de pollo, con guarnición (papas fritas cuña o ensalada); tagliatelle con cuatro opciones de salsas, y sopa crema de zapallo asado en horno a leña con mascarpone y semillas de calabaza tostadas.
EXPERIENCIA ASADO
Por otra parte, el Lodge ofrece también la "Experiencia Asado", que puede realizarse en el fogonero ubicado en la planta baja de cada villa o bien en el quincho (en este caso con un máximo de 12 personas).
Proveen todos los utensilios necesarios, panera, empanadas como entrada y, además, cortes de carne a elección, ensalada, vegetales y salsa criolla o chimichurri. En este caso, los vinos son los de la línea Casa Boher.
Disfrutar de las comodidades del Lodge, en medio de la tranquilidad y el sosiego y, además, degustando la cocina de identidad mendocina, resulta una experiencia inolvidable.
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