La única manera de hacer algo exitoso, cuando todo se hace a pulmón y los recursos no sobran, es diferenciarse. Para ello hay que tener creatividad, audacia y por, sobre todo, talento. Esta definición le cabe como anillo al dedo a Ana Paula Vedia, que elabora en La Plata los alfajores "Ani", incluyendo el primero de trufa negra en la Argentina. Detrás de este emprendimiento artesanal, hay una historia que merece ser contada.
En lo personal y después de enterarnos de la historia de Ana Paula Vedia (o simplemente "Ani"), no pudimos menos que sentir que teníamos puntos de coincidencia. Y nosotros nos sentimos obligados a apoyar este tipo de iniciativas.
Ana nació en Comodoro Rivadavia, vivió en Puerto Deseado, hoy reside en La Plata y allí, en la capital bonaerense, elabora los que quizá sean (y aún sin quizá) los mejores alfajores que hayamos probado durante nuestra larga trayectoria periodística en la que evaluamos las cosas con criterios más exigentes.
A uno, con los alfajores le ha pasado lo mismo que con el sushi. A fuerza de degustar productos de baja calidad (berretas, para ser más claros), casi dejamos de consumirlos. Hasta que, en el caso de los alfajores, aparece una rara avis como "Ani", cuyas creaciones son abismalmente superiores a lo que solemos encontrar en el mercado.
La misma Ana lo define así: "quiero salir del promedio de los alfajoreros, ya que muchos lo hacen únicamente por tener algo propio: yo considero que hacer las cosas de manera responsable, te acerca a otro nicho de clientes, el que valora lo que está correcto".
Y agrega que no hay secretos en lo que hace: "la materia prima es el 50% del trabajo, el otro 50% es la técnica y todo lo demás. No quiero ser mediocre, quiero destacar con un producto que me permita sostenerme en el tiempo".
Ya sabemos que es lo que hay en el mercado: alfajores producidos con saborizantes, nada de verdadero cacao, todo igual y de dudosa calidad que, cuando uno saca cuentas, se asombrará por lo que cobran unos y otra.
Si bien Ana no comunica en las redes los valores de sus productos, aseguramos que están dentro de los niveles lógicos y accesibles.
Lo que se dice, una excelente relación precio calidad, muy distanciada de otras propuestas.
Tal vez por eso sea que la alfajorería artesanal esté un gran momento, aunque no todos logran hacer algo muy distinto y de tamaña creatividad como Ana Paula Vedia, que comenzó con este proyecto en el año 2023.
Pero bien que vale la pena contar su historia. Egresada del IAG, después de un stage de un año en el Restaurante "Martín Berasategui", con 3 Estrellas Michelin en el País Vasco (donde además fue becada), volvió al país y descubrió un nuevo camino en la gastronomía: la creación de alfajores únicos.
Detrás habían quedado trabajos que no le gustaban, por ejemplo, en la industria petrolera. Y ni hablar del sacrificio de viajar todos los días a CABA y en horarios de madrugada, al terminar su labor en restaurantes como Aramburu y Don Julio.
Así es que finalmente ella encontró su espacio para llevar adelante su pasión, en un emprendimiento en el que había mucho de desafío, porque ya sabemos que en la pastelería hay menos lugar para la creatividad y la innovación. Y menos aún en un rubro como el de los alfajores, una pasión argentina lamentablemente bastardeada por la industria.
Ana sigue relatando: "Desde el comienzo supe que quería diferenciarme con la alfajorería gourmet, en la que pudiera tener control sobre todo el proceso productivo, con la idea de hacerles llegar a los clientes sabores que nadie más tuviera en su carta: innovación, creatividad y carácter propio, que fueran lo mejor de nuestra golosina favorita por excelencia combinado con la alta cocina para brindarles nuevas experiencias sensoriales". Nada más y nada menos.
Y si de innovación hablamos, un emblema de "Ani" es el Alfajor "Ultra Black Trufado" que se compone de dos galletitas de cacao noir, relleno de una ganache 60% cacao Fénix y trufa negra fresca de Trufas del Nuevo Mundo, y baño de chocolate semiamargo. "Este lanzamiento -señala- reafirma mi compromiso de desafiar los límites ‘entre dos tapas'".
La producción es limitada: "sabemos que lo bueno lleva tiempo" dice Ana, que elabora los alfajores a pedido para entregar los viernes. Ella misma se comunica directamente con los clientes, que la contactan por su cuenta Instagram @anavedia. Las entregas son por take away en La Plata; programadas en CABA y a través de Andreani en el resto del país.
"Este alfajorcito se quedará en carta para la época de trufa negra en nuestro país y es una de las ediciones limitadas estacionales, como he realizado anteriormente el Alfajor ‘Juana la Loca' ‘(té oolong, rosas y frambuesas) y el Alfajor de Jazmín y Té Chai (té chai, jazmín y confitura de peras)".
La carta habitual se compone de una decena de sabores, entre ellos el demandado Alfajor Dubai, que lanzó de forma pionera en mayo para el "Seminario de Alfajorería" que dictó en el IAG. Otras variedades que probamos, son el de frambuesas con el premiado queso Stracco de "Toro Azul", y por supuesto los clásicos marplatenses glaseados y de chocolate negro.
Y hay más: de nuez con dulce de leche y chocolate blanco; marplatense con dulce de leche, corazón de caramelo salado con baño de chocolate semiamargo; "Oreo" relleno con dulce de leche y frosting de vainilla con baño de chocolate semiamargo en versión triple; de matcha, pistachos y lima-limón relleno de ganache de chocolate blanco y pistachos con baño con baño de chocolate blanco. Todos únicos e irrepetibles.
Ana también nos deja algunos consejos. Los que contienen ganache pueden guardarse como máximo 21 días, los que llevan mermelada 30. Es conveniente mantenerlos en lugar fresco y, ante cualquier duda en la heladera, pero hay que sacarlos una hora antes de su consumición.
Hagan como nosotros, porque después de probarlos no queda más que decir que "Ani" es la Reina de los Alfajores.
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