El 23 de mayo de 2015 fue un día tristísimo

Marcelo Murano, a 10 años de su partida

Viernes, 23 de mayo de 2025

El 23 de mayo de 2015 nos dejó físicamente nuestro amigo Marcelo Murano. La tristeza, dicen, se atenúa con el tiempo. Pasaron 10 años, una década y nos parece mentira. El tiempo no atenuó casi nada. Hoy, como soy muy malo para las fechas tristes, me lo recordó otro amigo en común, Alejo Berraz. Hoy queremos compartir con los lectores el texto que le dedicamos aquella vez. Volvemos a brindar con vos, Marcelo, donde estés.

 Se nos pianta un lagrimón. La vida tiene esas cosas; así como nos da grandes alegrías, nos quita lo que queremos. Y Marcelo nos dejó luego de haber luchado con entereza más de un año y medio por una maldita enfermedad.

Hoy leemos el recuerdo emocionado de su hijo Franco, vemos la foto con su familia completa (junto a Myriam y Lucía), y no podemos hacer otra cosa que recordarlo con su gran sonrisa, la alegría de compartir juntos lo que el trabajo nos ponía en el camino.

Como señalamos en aquel tristísimo 23 de mayo de 2015, la amistad con Marcelo no fue muy larga, ha sido una amistad del Siglo XXI. Pero la cantidad no puede ni debe empañar la calidad. Lo conocimos despuntando el nuevo siglo en un viaje a Cafayate, invitados por la Bodega Etchart.

Ni sabíamos por entonces que Marcelo había comprado la Revista Vinos y Sabores. Antes había sido gerente en Cuisine & Vins; también había tenido una emisora de radio en la costa: Estación Marina. La amistad llevó a que pronto nuestra firma estuviera presente en su revista, la misma que dejó de salir porque su alma páter ya no estaba con nosotros. Cada vez que abrimos un ejemplar, nos encontramos con recuerdos, de los buenos, pero que también nos hacen lagrimear. Aún está en nuestras retinas la cantidad de gente que acudió al Cementerio de la Chacarita aquel fatídico domingo, prueba irrefutable de los amigos que logró forjar en su vida.

Marcelo fue un amigo de verdad, respetado y valorado por ser una buena persona.

Hoy, hermano, levantamos la copa para brindar porque nunca nos has dejado, te tenemos presente cada día. Salud, Marcelo, ha sido un honor ser tu amigo.