En Sueño Verde han puesto el foco en las papas andinas de tamaño grande de Quipu, que están en plena temporada y son un producto nuevo. Son cultivos sembrados a 2.000 metros de altura en Tupungato, Mendoza.
En 1998, Agustín Benito y Pablo Maseda, creadores de Sueño Verde, arrancaron cultivando albahaca. La cosecha la entregaban en el día, en persona, en auto, fresca y sin raíces.
Hace ya varios años que empezaron a construir lazos con pequeños productores -como fueron ellos en los inicios-, para darles soporte y una posibilidad de desarrollo genuina acercando sus especialidades al canal gastronómico, al retail y al ecommerce.
Una de las novedades son las papas andinas, que la empresa consigue en Tupungato, Mendoza. En Quipu las cultivan a 2.000 metros sobre el nivel del mar. En años anteriores, este productor llegaba a algunos lugares, pero con baja formalidad y continuidad.
Sueño Verde comenzó a trabajar con ellos en la siembra de fines de 2022. "Nos involucramos en todo el proceso: packaging, proveedores, reglamentaciones sanitarias, no sólo de los papines andinos, sino también del desarrollo de la papa andina de tamaño grande", señalan.
El principal diferencial de esta familia de tubérculos, es la calidad de la materia seca y la historia cultural detrás del producto, además del tamaño pequeño y color por el que hoy es conocida. Por esa razón, incorporaron la disponibilidad de papas de tamaño grande que, a diferencia del papín (pequeño), da la posibilidad de ofrecer un producto original con una versatilidad diferente de uso en cada variedad.
Quipu Cultivos Andinos produce más de 30 variedades que se dividen en tres familias según su uso en la cocina: papas para hornear, para freír y para hervir. Se clasifican según la aplicación que mejor provecho saca de los atributos de estas variedades.
Ya están disponibles en el mercado desde fines de mayo y tendrán continuidad hasta octubre. En el primer mes, salieron más de 5.000 kilos y la idea es que el productor venda las entre 30 y 40 toneladas que cosechan.
Además, para ampliar la próxima siembra, Sueño Verde está impulsando su distribución y comercialización en todos los canales, incluida la gastronomía profesional que tiene un rol privilegiado en el uso y difusión de este tipo de especialidades.
¿Por qué y cómo trabaja Sueño Verde con los pequeños productores?: "Estamos cumpliendo el 30 aniversario de Sueño Verde y sentimos que es un buen momento para contarles este aspecto de nuestra tarea diaria. La experiencia y conocimiento de la gastronomía nos indica lo importante que es contar con productos innovadores y diferenciadores en la cocina. También sabemos lo difícil que es para los productores sortear los obstáculos de logística, contactos, formatos y comercio inherentes a un canal comercial que tiene una especificidad propia", explica Agustín Benito.
Y continúa: "Concretamente, colaboramos con ellos en todo lo referente a desarrollo, trámites institucionales, canales de venta, proveedores de insumos, comunicación y logística para que se puedan focalizar en lo que mejor hacen y juntos lograr la eficiencia y rentabilidad esperada en un marco de trabajo registrado y transparente".
"Creemos que todos los eslabones de la cadena de valor son necesarios para lograr el desarrollo sostenible de los pequeños productores locales".
En este sentido, incluye a los cocineros que, al conocer, usar y difundir los productos, tienen un rol primordial", destaca el productor.
Eduardo Barraud, de Quipu Cultivos Andinos, resalta que "recién a partir del año pasado se incorporó a Mendoza en el mapa nacional de productores de papas andinas, que hasta entonces sólo incluía al NOA".
Y agrega: "Somos cuatro familias que se encuentran unidas y dedicadas al cultivo andino en Tupungato. Es un proyecto muy chico y en el que hacemos todo a pulmón. Recuerdo que el primer año fueron 3 surcos, el segundo 20 y así fuimos creciendo poco a poco. Sembramos, cosechamos, lavamos y seleccionamos manualmente cada una de las papas que llegan al consumidor".
"Para nosotros las papas andinas constituyen un importantísimo recurso, cultivado y conservado durante cientos de años. Con el mantenimiento del cultivo persisten también los usos, las costumbres y las tradiciones ligadas a su riqueza de formas y colores que se funden con las tonalidades de las quebradas andinas", enfatiza.
La papa es uno de los cultivos más importantes en nuestro país, que se ubica en el cuarto lugar en consumo a nivel mundial. En las regiones andinas, los agricultores mantuvieron la diversidad con el uso de prácticas agronómicas que son transmitidas de generación en generación.
"Elegimos nuestro nombre, Quipu, para reivindicar el valor de las culturas originarias de estas regiones. El quipu fue un instrumento de almacenamiento de información hecho de cuerdas de lana o de algodón trabajados con nudos. Las antiguas civilizaciones andinas lo usaban como un sistema de contabilidad del cultivo y almacenamiento de relatos épicos de los Incas difuntos y también como un sistema gráfico de escritura", completa Eduardo Barraud.
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Cada 16 de octubre, el mundo entero conmemora el Día Mundial del Pan, una iniciativa impulsada por la Federación Internacional de Panaderos para celebrar a uno de los alimentos más valorados por la humanidad.
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