Daniele Pinna renovó totalmente las instalaciones de su restaurante. Hoy, La Locanda modificó su salón interno, que sigue contando con boxes y ahora mesas altas con banquetas. También dotó de mayores comodidades a la vereda y el deck calefaccionado. Renovarse es vivir, dice el conocido dicho y éste es el caso. La carta, entretanto, sigue basándose en las tradiciones italianas, ésas en la que las recetas incluyen pocos productos (de calidad siempre) preparaciones sencillas, aunque se han agregado nuevos platos a la propuesta.
La Locanda tuvo una breve etapa de renovación, en la que se produjeron reformas dentro del salón interior, ambientado como siempre al estilo de cualquier trattoria italiana (en este caso, con alusiones a la cultura sarda), la incorporación de mesas altas con banquetas y la adecuación de los cómodos boxes que muchos clientes prefieren.
Afuera, con un toldo en la vereda y el deck calefaccionado no hacen temer ni a las bajas temperaturas ni a la lluvia. Ese lugar también tiene su encanto, por cierto.
Foto: Gentileza Facundo Manoukián.
Por lo demás, la propuesta gastronómica no ha variado en lo sustancial, sobre todo aquello que tiene que ver con la obsesión del chef por el producto y la simpleza de las preparaciones, un clásico de la culinaria italiana.
Sin embargo, Daniele Pinna incorporó nuevos platos, por lo que la experiencia de comer en este lugar que nos remite a las tradiciones sardas en lo particular, no aburre ni se repite.
Hay un capítulo de "Antipasti Mare", en el cual encontramos platos como patate al pomodoro (y crema de tomates, langostinos, palta, caviar de algas, hierbas, oliva y limón); o la "Frittata" (cornalitos y camarones con puré de palta, tomates y hierbas frescas).
La "Panada Sarda" es pesca del día similar a una empanada gallega; en tanto que el "Pulpo al Disco", un clásico de la casa, sale con papines, aceitunas y tomate.
La "Agliata" es otra opción, en la cual la pesca lleva salsa de ajos y peperoncini. Para paladares que aman los sabores intensos.
Dentro de las alternativas de pasta fresca, sobresalen los orecchiette hechos a mano, que se acompañan con verduras de estación, albóndigas de bondiola y parmesano. Hay asimismo gnocchi con ragú de carne cocinada durante cinco horas; pappardelle con salsa boloñesa clásica; o gnocchi rellenos, al profumo di mozzarella con salsa caprese.
Como especialidades regionales están los maloredus (gnocchetti sardi de sémola de grano duro, con salsa de chorizo fresco y azafrán), y los zitte, una pasta partenopea con ragú a la napolitana.
No falta la lasaña en su versión clásica y otra vegetariana, como tampoco unos tentadores "lunghi", especie de canelones rellenos de diferentes quesos.
En orden de novedades, está la "Girandola" (molinillo, en italiano), una pasta rellena de salamín de jabalí, acelga y papa cremosa. También el cochinillo a la sal (puede pedirse con antelación para llevar), y la cottoleta de jabalí de Madariaga.
Los risotti son "alla milanese", de "funghi" y de crustáceos (pulpa de cangrejos y langostinos y tomates en crudo).
Vale aclarar que esta descripción es solo orientativa, por cuanto hay muchas opciones más. Y entre los postres, no faltan clásicos de la casa, el mousse de chocolate con aceite de oliva terminado en la mesa, y el tiramisú.
La Locanda queda en José León Pagano 2697,Recoleta. Medios de Pago: efectivo, Visa, American Express y MasterCard. Abierto de martes a sábados de 12.00 a 24.00, domingos de 12.00 a 17.00, lunes cerrado.
Más información en: Página web: http://www.lalocanda.com.ar/
En una casa histórica de más de 100 años, que perteneció al sobrino del expresidente Carlos Pellegrini, se instaló Muyè, el nuevo proyecto gastronómico de Marcelo Böer, junto a Fernando Bertuol. Tuvimos la oportunidad de conocer el lugar en la marcha blanca. Todavía en etapa de experimentación, de prueba y error, encontramos una propuesta en la que sincronizaban armoniosamente cocina, ambiente y servicio.
El hombre es un maestro, solo que para hacer plata. Como cocinero, es del montón. Y no para de llamar la atención con excentricidades como ésta: una milanesa crudeli crudeli. Contradicción pura, el chef que quema todo, acá te encaja una milanga que da asco de solo verla. Y los periodistas obsecuentes aplauden, como siempre. En tanto que los comensales ingenuos creen que están disfrutando de la obra de un genio.
En La Brasserie Petanque, la Revolución Francesa se festeja con todo. Este año, el sábado 12, el domingo 13 y el lunes 14 de julio, habrá un menú especial con vinos de la Bodega Escorihuela Gascón y agua Perrier.