Mucho se habla del jamón ibérico de bellota y poco se sabe de él. Lo cierto es que se trata de un camino de ida. Luego de probarlo es triste volver a la realidad.
Nuestro colega Ángel Sastre es de Extremadura, la tierra de los mejores jamones del mundo. Y cada vez que nos juntamos a comer, si nos dan jamón, pues no podrá evitar agarrarse la cabeza y despotricar contra los mediocres jamones locales.
Es que más allá de la genética, parte fundamental de la calidad del jamón ibérico, la alimentación con bellotas de los cerdos y el largo tiempo de espera hasta que el producto esté a punto, hacen imposible que en la Argentina podamos no ya igualar, sino al menos acercarnos, a la extrema calidad de un jamón de estas características.
Esta vez el amigo cumplió. O quizás también haya que decir que su padre como que fue quien lo compró para nosotros. En definitiva, ambos tuvieron la extraordinaria idea de regalarnos este verdadero manjar de dioses.
Como nos indicó Ángel, cual un vino añejado, lo abrimos un rato antes, separamos las lonjas y dejamos que el jamón largara sus aromas más profundo. A nuez sobre todo, quizá algo de manteca.
Por nuestra parte, gracias a los Sastre (padre e hijo), por hacernos partícipes de este jamón que comimos anoche y que aún en la memoria olfativa y gustativa sigue presente en nuestros sentidos.
La ciudad será sede, los días 15 y 16 de noviembre, de Buenos Aires International Olive Oil Competition (BAIOOC), un evento de alcance global que reunirá a los mejores productores de aceite de oliva virgen extra de todo el mundo. Este certamen tiene como objetivo premiar a los aceites de oliva de mayor calidad, y destacar la excelencia de este producto en una de las capitales gastronómicas más reconocidas internacionalmente.
El Festival del Salame y el Cerdo en Tandil se realizará durante el 8 y 9 de noviembre, y la ciudad espera superar nuevamente el récord del salame con Denominación de Origen más largo del mundo.
ACÁ - La Carta Argentina lanzó oficialmente su comunidad federal en el Restaurante Maro Costanera. Una forma para que la gente sepa quiénes están detrás de los que consume.