En el marco de Anuga 2017 se presentaron los avances preliminares de un estudio de mercado que el IPCVA está realizando en Alemania, Holanda, el Reino Unido e Italia con el objetivo de conocer las preferencias de los consumidores europeos. Y allí, en Colonia, armó un restaurante para 300 comensales. ¿No es hora de que los chefs locales se asocien a este tipo de eventos y no se limiten a cocinar afuera solo por el placer de viajar?
Por primera vez en la historia, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) realiza un estudio que permitirá conocer en profundidad y con solvencia técnica el gusto del consumidor europeo y la connotación de la marca "Carne Argentina". Esto será posible gracias a un estudio de mercado que se está realizando en Alemania, Holanda, el Reino Unido e Italia.
Los resultados preliminares de ese trabajo -aún en curso- se presentaron en el Pabellón Argentine Beef durante la tercera jornada de Anuga 2017, la feria de alimentación más importante de la Unión Europea.
"A Europa le vendemos carne hace muchos años pero nunca se había estudiado el paladar de nuestros consumidores, ni las preferencias de los importadores", aseguró Ulises Forte, presidente del IPCVA.
"Este estudio nos va a permitir conocer en profundidad el gusto y las tendencias, con base científica para, entre otros aspectos, modificar o no el biotipo Hilton y adecuarlo a la demanda", agregó Mario Ravettino, vicepresidente del Instituto.
Si bien los primeros resultados de la etapa cualitativa (focus groups en los cuatro países y entrevistas en profundidad con importadores, supermercadistas y dueños de restaurantes) indican que a la hora de comprar los consumidores aún no prestan demasiada atención al origen de la carne, el imaginario de todos ellos es que la carne argentina es la de mejor calidad.
De hecho, la Argentina y Japón -por la carne de Kobe- son los dos países que encabezan el "top of mind" de los consumidores. En contraposición, la carne con peor imagen es la proveniente de China y Europa del Este.
Asimismo, los restaurantes que venden carne argentina fueron destacados como excelentes voceros y embajadores del producto emblema originado en las pampas, y son elegidos por los consumidores cuando quieren "darse un gusto".
"Pocas veces en mi carrera me he encontrado con un imaginario tan bueno como el de la carne vacuna argentina", enfatizó Rebeca Bronchelo, una de las investigadoras de la empresa GFK que presentó el trabajo, y aseguró que todas las asociaciones referidas a la carne argentina fueron positivas en el imaginario de los encuestados: calidad, tradición, naturaleza, pastoreo, gauchos, cultura, pampas.
Otro aspecto fundamental del estudio es que los consumidores, en líneas generales, prefieren los cortes con poca grasa y la grasa blanca por sobre la amarillenta, sin distinguir si se trata de grasa periférica o intramuscular. En ese sentido, pese al ideal del pastoreo extensivo que muchos mencionan, la terminación de los animales a granos no parece ser una amenaza para los consumidores europeos.
Uno de los únicos aspectos levemente negativos en cuanto a la consideración de la carne argentina, fue la poca disponibilidad del producto y el precio elevado.
De acuerdo a los investigadores de GFK, el escenario para trabajar en campañas de comunicación, publicidad y marketing es muy promisorio dada la gran imagen, y en esas acciones habrá que atacar los "puntos desconocidos" por los consumidores en la góndola o la carnicería: tipos de cortes, recetas, importancia de la denominación de origen, opciones de cocción, etcétera.
Una vez terminada la etapa cualitativa, el trabajo continuará con 2.100 entrevistas en cada uno de los mercados, lo que permitirá conocer porcentualmente los distintos aspectos del consumo y profundizar en los gustos particulares de cada uno de los mercados investigados.
En base a lo expuesto, uno se pregunta si realmente vale la pena seguir con los esfuerzos de los chefs que viajan a hacer "Cocina Argentina" (sic) a lugares tan disímiles como Singapur, Londres o Nueva York. O que el Gobierno gaste fortunas en llevar a Francis Mallmann a colgar pollos a la Plaza Mayor de Madrid, o a cocinar a diez manos en Mirazur, lo que está muy bueno para los chefs pero sería mejor si no saliera dinero de las arcas del Estado para esas aventuras placenteras.
Volviendo a Anuga, el IPCVA armó el Pabellón Argentine Beef sobre más de 700 metros cuadrados, con un restaurante donde se pudo degustar bife angosto y bife ancho a la parrilla.
¿No habrá llegado el momento de aprovechar el know how del IPCVA, en lugar de llevar carne en las valijas como ha ocurrido recientemente en un viaje a Lima solventado por el Ministerio de Turismo de la Nación? La "estrella" es la Carne Argentina, no lo son ni debiera serlo los cocineros que se creen más importantes que la carne, el vino y el tango.
Que se enoje quien quiera enojarse. Pero lo que realmente sirve es llevar nuestro producto emblema a los principales mercados, no para desarrollar una Cocina Argentina que carece de identidad por el momento, pero sí para potenciar las ventas del alimento más prestigioso que tenemos.
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