Tras la reforma del Código Alimentario Nacional y su publicación en el Boletín Oficial, los alimentos irradiados tienen vía libre para su comercialización. Duran hasta un año sin necesidad de refrigerarlos, ya que la irradiación elimina sus microorganismos.
Según la Comisión Nacional de Energía Atómica, "la irradiación de alimentos es un método físico de conservación, comparable a otros que utilizan el calor o el frío". Consiste en exponer el producto a la acción de las radiaciones ionizantes durante un cierto lapso, que es proporcional a la cantidad de energía que deseemos que el alimento absorba.
De acuerdo con la cantidad de energía entregada, se pueden lograr distintos efectos. En un rango creciente de dosis, es posible:
Inhibir la brotación de bulbos, tubérculos y raíces (papas sin brote durante nueve meses a temperatura ambiente).
Esterilizar insectos como la "mosca del Mediterráneo" (Ceratitis capitata) para evitar su propagación a áreas libres, cumpliendo así con los fines cuarentenarios, en productos frutihortícolas y granos.
Esterilizar parásitos, como Trichinella spiralis en carne de cerdo, interrumpiendo su ciclo vital en el hombre e impidiendo la enfermedad (triquinosis).
Retardar la maduración de frutas tropicales como banana, papaya y mango (en general tanto en este caso como en los siguientes, la vida útil se duplica o triplica), y demorar la senescencia de champiñones y espárragos.
Prolongar el tiempo de comercialización de carnes frescas y "frutas finas", por reducción de la contaminación microbiana total, banal, en un proceso similar al de la pasteurización por calor, lo cual se denomina "radurización" (frutillas de 21 días, filete de merluza de 30 días, ambos conservados en refrigeración).
Eliminar microorganismos patógenos no esporulados (excepto virus), causantes de enfermedades al hombre, tales como Salmonella en pollo y huevos, en un proceso que se conoce como "radicidación".
Esterilizar alimentos, es decir, aplicar un tratamiento capaz de conservarlos sin desarrollo microbiano, a temperatura ambiente durante años, lo cual se asemeja a la esterilización comercial, y se indica como "radapertización".
La irradiación no es algo nuevo, pero sí ha tenido que afrontar cierta mala fama, solo porque la palabra en cuestión suena a "contaminación" o algo parecido. Pero en realidad es todo lo contrario, un método de conservación de los más seguros que se puedan encontrar.
Es así que al haberse reformado el Código Alimentario Nacional y su reciente publicación en el Boletín Oficial, los puntos de venta podrán despachar alimentos irradiados. De todas maneras, aún no se sabe cuándo estos productos estarán a la venta a nivel masivo.
Hay varias clases de alimentos que puede ser sometidos al proceso: carnes en general, pescados y mariscos, frutas y vegetales frescos, bulbos y tubérculos, cereales, semillas y legumbres.
La breve dosis de irradiación podrá hacerse en dos lugares habilitados a tal efecto. Uno es una empresa particular, y el otro la planta de Irradiación Sem Industrial de la Comisión Nacional de Energía Atómica, con sede en Ezeiza.
A modo de ejemplo, las carnes podrán extender su vida útil hasta un año sin refrigerarlas desde el momento de la irradiación, los pescados hasta un mes y medio (aunque en heladera), en vegetales no aparecen brotes también durante un año, y en las frutas se retrasa la maduración y se eliminan insectos que puedan estar dentro o sobre la cáscara.
¿Cuánto más se deberá pagar por estos alimentos sometidos a irradiación?: apenas un 10%.
No hay que tenerle miedo a la ciencia. Este método tiene más de 40 años de práctica exitosa en otros países del mundo. Y una de las principales ventajas es que permite el transporte en largos períodos de tiempo para aquellos productos que son exportables.
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