De los creadores de Nicky Harrison y Uptown, en septiembre pasado abrió sus puertas BB&B, nuevo emprendimiento que tiene a Dante Liporace a cargo de la propuesta gastronómica. Todo un mensaje para aquellos que piensan que en un bar no se puede comer dignamente.
Bourbon, Brunch & Beer - Emilio Ravignani 1802- Abierto de martes a domingo desde las 18 al cierre; brunch viernes de 12 a 17; sábados y domingos de 11 a 17. Principales tarjetas.
En dicha publicación comentábamos que el grupo Aldo's (con Maximiliano Matsumoto a la cabeza), Vico (el chef es Julián del Pino) y Draft by myBeer (Ramiro Solís) eran tres de esos ejemplos.
Dejamos fuera adrede a Uptown, que a la creatividad de sus instalaciones y la propuesta de su barra, sumaba la presencia de Dante Liporace como responsable de la carta y el manejo de la brigada. Es que por el mes de septiembre abría sus puertas un nuevo concepto que tiene como referentes a los mismos protagonistas. Y pronto, aseguran, habrá más novedades.
Lo primero fue reciclar una esquina estratégica de Palermo. Al mismo tiempo, pensar en una propuesta novedosa, original, como para demostrar que con la irrupción de Uptown no se agotaron las ideas. Por el contrario, se pensó en el bourbon acompañando a la cerveza. Y una tercera pata, el brunch, ya que BB&B no es únicamente un bicho noctámbulo.
Tomando en consideración el origen del hermano menor del whisky, el chef Dante Liporace pensó una carta inspirada en lo que observó en sus múltiples viajes a la Gran Manzana. Si en Uptown apeló a identificar platos según el barrio y la inmigración que lo ocupa, aquí orientó las antenas a un estilo de comida callejera que bien puede asociarse con Nueva York así como a otras localidades del país del Norte.
Va de suyo que resulta inevitable entonces, encontrar punto de confluencia de algunas preparaciones con los aportes que han hecho a la culinaria norteamericana quienes bajaron de los barcos, sobre todo italianos, pero también judíos, la cocina creole, asiática y hasta si se quiere, alguna influencia mexicana como el guacamole clásico con pan casero.
La carta identifica los platos en idioma inglés, pero las descripciones están en castellano. Todo simple, sin excentricidades, rico y tentador.
Por el lado de las bebidas, los expertos sabrán elegir entre las numerosas etiquetas de bourbon, la cerveza tirada y algún cóctel entre los que no podría faltar obviamente el Old Fashioned.
Para compartir, la carta propone comenzar con la tabla de embutidos italianos (salame genovés, nduja en bruschetta, rigatino, bresaola, finocchiona y speck) con pan casero; o bien la de quesos artesanales. También hay una opción que combina ambas opciones.
No faltan las papas asadas con cheddar y panceta crocante o las que salen con mayonesa de soja y kimchi.
La mano del chef se exhibe más claramente en la llamada Grandma's Burrata, que se acompaña con caponata de berenjenas, apio, almendras, alcaparras y tomate.
Los principales son seis: Kentuchy Ribs con puré de papas y jugo de carne; la original Mac n' Cheese (macarrones con gruyere, cheddar, mozzarella y jamón); el risotto con langostinos fritos y limón; pechugas de pollo fritas con ensalada acevichada; el bagel con salmón ahumado, queso crema y cebollas encurtidas, y finalmente una clásica Caesar Salad con pollo (aunque se da la opción de modificarla reemplazando el ave por salmón ahumado).
Quienes lleguen temprano podrán degustar la tremenda BBB Da Burger, "una secreta receta" con 180 gramos de carne, panceta crujiente, cheddar premium y salsa BBQ con Jack Daniel's. Lo de ir temprano se explica por cuanto solo se sirven 20 hamburguesas por día.
Hay dos postres; Oreo Cake y Philadelphia Classic Cheesecake.
A todo esto hay que agregar otras opciones que se sirven a la hora del brunch, los viernes, sábados y domingos.
La conclusión es que a BB&B se puede ir a beber buenos cócteles y cerveza, un bourbon que cuesta elegir entre tantas opciones, y también a comer decentemente. Esto último va de la mano con la demostración de que un chef de alta cocina también puede sorprendernos con comidas sencillas. Finalmente, la relación precio calidad es altamente positiva.
"Capricho, deseo vehemente, ilusión". Así define la Real Academia Española a la palabra "berretín". Y esas tres cosas son las que llevaron a un holandés a abrir un restaurante a su propio gusto y piacere. Para ello se afincó hace un tiempo entre nosotros porque, como nos dijo, "Buenos Aires es como estar en Europa, pero lejos de todo". Se llama Nicolás Houweling y, junto a su hermana Bente (que estará a cargo del café de la planta baja de próxima apertura), abrió "Presencia", un restaurante en el que quiere también omitir todo lo que le parece inapropiado cuando uno sale a comer afuera. Para ello, convocó al chef Rodrigo Da Costa, de último paso por "Le Réve". Nuestra visita coincidió con el fin de la marcha blanca y comienzo del servicio al público. Impecable todo.
La chef ejecutiva de Casa Cavia, Julieta Caruso, renovó el menú de mediodía con una propuesta que permite pedir a la carta o bien elegir entre menús de pasos. A ello, se suma la coctelería creativa de la bartender Flavia Arroyo y una selección notable de vinos a cargo de Delvis Huck. La dirección general es de Guadalupe García Mosqueda.
Un bistró que le hace honor a la cocina más refinada del planeta. Le Rêve ("el sueño", en francés), nos transporta a la magia parisina en una esquina de Buenos Aires. La propuesta del joven chef Ramiro Hernández exhibe un técnica perfecta, elegancia y personalidad. La coctelería del "Tiger" es otro fuerte del lugar. Y su ambiente, nos agasaja con música sin estridencias, como debe ser en un restaurante, a lo que se suma un servicio impecable comandado por Darío Núñez. Lujos que nos podemos dar en una ciudad que, en materia de gastronomía, lo tiene todo.