Vinos de Salta

Miércoles, 30 de octubre de 2013
¿Qué particularidad atesora la Argentina que sea a la vez única, propia e inimitable? La respuesta es simple: la altura extrema en valles muy amplios. Probamos siete vinos salteños que representan bien esa característica emblemática de su terruño.



Todos los países vitivinícolas del mundo están sujetos, inevitablemente, a la conjunción de factores que determinan la calidad de sus vinos. Los franceses tienen su terroir, los californianos su clima del pacífico, los chilenos sus valles cerrados, los países muy fríos sus vinos de hielo (icewines), y así sucesivamente. Cada uno posee un elemento clave a partir del cual asume su singularidad, como también lo hace nuestro país con su altitud. Prácticamente todas nuestras regiones del vino se sitúan entre los 300 y los 2400 metros sobre el nivel del mar (por supuesto, con picos localizados aún mayores) lo que significa tener asegurado un clima marcado por la amplitud térmica, la excelente radiación solar, las noches frescas, la ausencia de contaminación y la prolongación del período de madurez. Como resultado, las uvas que crecen y maduran en ese entorno producen vinos profundos, intensos y francos, que ven potenciada su tipicidad varietal gracias a la conjunción de todos los elementos naturales que proporcionan estructura, color, aroma y sabor.

A mediados de la década pasada, una bodega salteña utilizó acertadamente el slogan “los vinos del vértigo” para definir a sus productos. Es que, en efecto, la altura y sus beneficios son cuestiones íntimamente relacionadas al vino de los Valles Calchaquíes, denominación éstq queagrupa a diversos terruños diferenciados entre sí por las marcas del altímetro, que van desde los 1700 metros en Cafayate hasta los 2400 en Colomé, pasando por los 2000 en Yacochuya o el mismo valor en la comarca de La Viña, entre otras. El gigantesco valle se encuentra íntegramente contenido por cordones montañosos que le dan una forma de “V”, con vértice en la localidad de Santa María, en la provincia de Catamarca. La sierra de los Pastos Grandes, la Nevada de Cachi y las Sierras de Quilmes son las formaciones ubicadas al oeste, y al este se encuentran las Sierras de Carahuasi, las cumbres Calchaquíes y el embalse de Cabra Corral. Los vinos salteños llevan implícito el molde de su cuna, que puede sentirse en la fragancia voluptuosa del Torrontés, la oscura e imponente seriedad del Malbec, o el carácter vehemente y terroso del Cabernet Sauvignon.

Una degustación de siete etiquetas provinciales nos dice que el carácter territorial está bien implícito en sus vinos. Seguí leyendo en ¡Hic! el blog de Vinos de Gustavo Choren en Fondo de Olla