Lo que comen los futbolistas

Jueves, 30 de agosto de 2012
Por: Tato Chaves tchaves@fondodeolla.com.ar
Ya nos hemos ocupado en Fondo de Olla de la asociación entre la comida y el fútbol. En este caso, nuestro nuevo colaborador Tato Chaves, con amplia experiencia en hotelería, nos cuenta anécdotas y detalla la dieta de los jugadores de fútbol.

El ámbito futbolero está plagado de anécdotas, experiencias y vivencias gastronómicas que difícilmente llegan a la gente, ya sea por falta de información o por el hermetismo en el cual las concentraciones de los diversos equipos de fútbol conviven. Ya arrancado el nuevo torneo (Inicial), poco se habla de quiénes son los verdaderos hacedores de los menús que deben mantener a los jugadores en óptimas condiciones para obtener un rendimiento satisfactorio dentro de la cancha.

Por un lado están los licenciados en Nutrición, que tienen a su cargo la responsabilidad del diseño, organización y control de los alimentos y bebidas a ingerir por los jugadores, así como los horarios correspondientes a respetar por medio de indicaciones generales impartidas antes de los partidos. En este grupo debemos mencionar a profesionales de la talla de Karina Gavini, actualmente en Godoy Cruz de Mendoza y antes en el Boca ganador de Carlos Bianchi, y a Juan Quesada, de Arsenal de Sarandí.

Desde la otra vereda, asoman los médicos (traumatólogos, kinesiólogos, clínicos) que generalmente cumplen en las concentraciones un rol social o utilizan el pertenecer a determinada institución como vidriera para desarrollar su labor en un consultorio. Como casos resonantes tenemos al doctor Cahe, que tomó notoriedad por haber atendido a Diego Maradona. Hay también eximios eruditos como el doctor Batista. Pero además, nos topamos con aquellos que leen el diario en los desayunos, no están presentes durante los servicios de almuerzo, merienda y cena, y de vez en cuando se hospedan en el hotel con su amante. Conozco a uno de ellos que con su altanería y soberbia, exigía al personal de Alimentos y Bebidas de un hotel 5 estrellas cambios constantes en los menús ya preestablecidos. Este médico tuvo la fortuna de que su equipo no descendiera a la B Nacional en la última tanda de la Promoción.

En general, los jugadores de fútbol son como niños: ellos saben, por ejemplo, que no deben consumir medialunas pero lo hacen. Un arquero con pasado en el Deportivo Español me dijo abiertamente en pleno desayuno: “porque me coma tres medialunas no voy a jugar mejor o peor”.

El cuerpo técnico de uno de los grandes del fútbol argentino, actualmente en un equipo europeo, revisaba y controlaba lo que estaban haciendo sus dirigidos visitando los cuartos con un carro de colaciones (almendras, nueces, pasas de uvas, frutas fileteadas, jugos de naranja y pomelo, licuados y budines) en el horario de las 23 de la noche previa al partido. Recuerdo el caso de un gran jugador mediático y pésimo profesional, que debiendo jugar a las 12 del día siguiente, se retiró del hotel sin haber tomado ni comido nada ya que prefirió quedarse jugando con la Play Station hasta altas horas de la madrugada. Hay muchos simpatizantes que atestiguan haber visto al plantel de River Plate muy entonado en el Hard Rock Café de Tokio, en vísperas de la final Intercontinental que luego perdieron ante la Juventus de Italia en el año 1996.

En líneas generales, los menús de los jugadores profesionales se basan en lo siguiente: en desayunos y meriendas, café, té, mate cocido, leche descremada, azúcar y edulcorante. Tres variedades de cereales como copos de maíz sin y con azúcar, cuadraditos de avena, frutas secas (almendras, nueces y pasas de uva), yogur bebible o firme descremado de diferentes sabores, tostados de jamón cocido y queso, ensalada de frutas, dos fetas de jamón cocido y queso por jugador, pan tipo lactal para tostar tanto blanco como de salvado, galletitas tipo agua (bajo tenor graso), budines de vainilla, bay biscuits y vainillas, mermeladas de durazno y frutilla, miel, queso untable semidescremado, jugos de frutas naturales (naranja y pomelo), fruta fresca de estación entera, como banana, manzana entera y uvas.

Para los almuerzos y cenas, se opta por dos porciones de tarta de espinaca, queso, huevo y atún o pizza de jamón, queso y huevo. Como plato principal, sorrentinos de jamón y queso con una rodaja de peceto, dos rodajas de colita de cuadril con puré de papas o spaghetti con salsa bolognesa sin cebolla, o crema y un cuarto trasero de pollo.

De postre, ensalada de frutas, queso y dulce de batata, helado, flan.

La cocción de los alimentos es un tema importante. Deben estar hervidos, al horno, a la parrilla, a la plancha o al vapor. Se debe limitar la cantidad de aceite en las preparaciones y ningún alimento se sirve frito. Las pastas se sirven en porciones de 200 a 300 gramos (peso cocido). En cuanto a las carnes, por lo general es vacuna, de ave o pescado, en porciones de 250 a 300 gramos. Tanto el cerdo como el cordero se utilizan eventualmente.

Vacuna: se utilizan cortes magros (nalga, lomo, peceto, cuadril, colita de cuadril, ojo de bife, bife con lomo, bife de costilla, carne picada de los cortes bola de lomo, paleta, cuadrada).

Pescado: preferentemente de mar, fresco y despinado.

Cerdo: Carré y costillitas de cerdo.

Cordero: ocasionalmente en parrilla.

Las salsas se deben proporcionar para todos los platos en salseras individuales según el gusto de cada jugador. Las salsas pueden ser a base de tomate natural. Si la base es la salsa blanca (bechamel) debe utilizarse leche descremada y poca cantidad de manteca. El queso rallado se sirve aparte. Los días de partido, generalmente se acompañan con carne o pollo.

Hay a veces una mesa de ensaladas, con tomate, lechuga, zanahoria, arroz blanco, choclo en granos, papa hervida, huevo duro, queso en cubos, jardinera, atún y pollo. Se utiliza aceite de maíz, girasol u oliva, aceto balsámico, mayonesa en sobres, vinagre, limón en jugo y en gajos y sal.

La mesa de postres debe contar con tres opciones: 1) Frutas frescas de estación enteras (banana, manzana, frutillas, kiwi, peras, sandía, mandarina, melón), 2) Ensalada de frutas, y 3) Helado de vainilla, frutilla o chocolate, queso y dulce, duraznos en almíbar, flan. Para beber, agua mineral con gas o sin gas, y saborizadas.

A modo de corolario final les hago llegar esta anécdota sobre dos de los integrantes de uno de los últimos cuerpos técnicos del Club Independiente, quienes tenían la costumbre de solicitar servicio de habitación (Room Service), y precisamente el producto no se trataba de alimentos ni bebidas, sino carne y de la mejor.



Foto: © Grzym | Dreamstime Stock Photos

Nota relacionada: Centro a la Olla

 
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