El chef Matías Mazo agregó nuevos platos a la carta de Tanta. Exuberancia y sabor, dos virtudes de esta propuesta de auténtica cocina peruana en uno de los conceptos más reconocidos del Grupo Acurio.
Tanta - Dirección: Esmeralda 938, Microcentro. Horarios: todos los días, de 12:00 a 00:00. Facebook: @TantaArgentina - IG: @tanta_argentina
Cada visita a Tanta nos remite a esa cocina que ha hecho del Perú una verdadera "Meca" adonde uno va a disfrutar de platos exuberantes, sabrosos y tradicionales.
Esta vez probaos algunos de las novedades que el chef Matías Mazo ha incorporado a la carta. Aquí van los nuevos:
CODITO HUANCAYO NÁPOLES: fideos coditos en salsa huancaína y milanesa napolitana de pollo.
RISOTTO DE CHUPE: risotto con base de puerro y crema, acompañado de langostinos en salsa de chupe.
TRUCHA A LA MEUNIER: trucha con salsa Meunier, acompañada de papa milla y salteado de zanahoria y chaucha.
ASADO DE LA ABUELA: peceto machado con zanahoria y apio, acompañado de puré de papas cremoso y arroz con arvejas.
FETTUCCINE DE LA INFANCIA: fettuccine en salsa bechamel y crema con jamón inglés, láminas de champiñón y pollo.
TIRADITO CHIFERO: láminas de trucha patagónica en sésamo blanco y negro, palta, nabo en juliana y masa de wantan frita, sobre leche de tigre de tamarindo, pasta de rocoto y aceite de sésamo.
ALITAS WINS POP BROASTER: alitas de pollo en tempura para broaster, condimentada en salsa coreana, acompañadas de pepino encurtido y sésamo.
CROQUETAS DE CHOCLO: masa a base de choclo amarillo y choclo peruano, con salsa de ají amarillo y queso Gouda rebozado con nachos, acompañadas de crema de rocoto.
EL CORDON BLEU: milanesa de pollo rellena de jamón y queso en pan ciabatta, lechuga, tomate, palta, pepino encurtido y salsa tártara.
RAVIOLES DE LOS ANDES: rellenos de choclo y parmesano en salsa a base de rocoto, huacatay y ralladura de limón.
La degustación, en compañía de Fabián Alvarez, gran anfitrión, nos permitió probar en principio las nuevas croquetas de choclo; wantanes rellenos de langostinos; tequeños limeños de lomo saltado y gyozas rellenas de pollo.
Luego, el tiradito chifero, con abundantes láminas de trucha patagónica y una novedosa preparación, que incluye masa de wantan frita. Una entrada para compartir.
Para finalizar con los principales, Matías nos envió los Coditos Huancayo Nápoles, con la consabida salsa huancaína, esta vez acompañados por una milanesa de pollo a la napolitana. Y el risotto de chupe. A base de puerro y crema, con langostinos en salsa de chupe.
Tanta está pronto a estrenar el nuevo vino de la casa, un Malbec de Bodega Lagarde. No omitir tampoco los cócteles clásicos como el Pisco Sour y el Chilcano, y otros más creativos.
Como, siempre, la relación precio calidad es un motivo más para disfrutar de la cocina peruana, generosa y de sabores profundos.
Y de yapa, nada menos que el turrón peruano, que se hace a pedido en medio o un kilo, para llevar a casa también.
Los periodistas de la vieja guardia aún recordamos con nostalgia cuando escribíamos con la Olivetti Lettera, y el cambio a la computadora nos provocó un cambio sustancial en nuestro trabajo. En honor a Camilo Olivetti, creador de la primera máquina de escribir M1, nació esta trattoria donde se respetan a rajatabla las recetas tradicionales italianas. Hoy, la propuesta se ha aggiornado, pero las pastas siguen siendo grandes protagonistas.
Sorpresa total, la cocina chipriota está en La Boca. El chef Nicolás Cali nació en Comodoro Rivadavia, pero sus ancestros están en esa isla del mediterráneo. En su Cantina Patio la Boca, se entremezclan la carne argentina con los platos típicos de Chipre. Y para fin de año, propone un viaje sensorial para celebrar las fiestas con acento mediterráneo, y los vinos de Jasmine de los Mundos.
Sorpresas te da la vida (y la profesión). La visita a Bravado, el nuevo restaurante que funciona en el subsuelo del edificio de la Corporación América, en Vicente López, constituía toda una incógnita. Uno a veces observa la carta antes de llegar a un restaurante, y se crea expectativas que luego pueden cumplirse o no, ya sean favorables o desfavorables. En este caso, pasamos de la simpleza y la brevedad del menú, a un repertorio de creatividad desde lo aparentemente simple, que sorprende por el resultado final. Un mérito grande del chef Mariano Szatma Szotan, sin dudas. Un lugar de comidas que parece un Apple Store, donde cada cosa está en su lugar. Y que funciona como un relojito; todo lo que buscamos y elogiamos de un restaurante, lo encontramos en Bravado, que está realmente Bravo.
