El Restaurante “Más Mejor” de la Argentina

Lunes, 14 de mayo de 2012
Hay groseros errores del idioma castellano que se hacen usuales por la insistencia de la gente en pronunciarlos. “Más mejor” es uno de ellos, lo mismo que decir “la primer comida” en lugar de “la primera” o “apreto” por el correcto “aprieto”. La elección del Mejor Restaurante del país, a cargo de la Academia Argentina de Gastronomía, no nos pareció ser lo “más mejor”.


La Real Academia Española (esta sí que es una verdadera academia), define a la citada palabra como “sociedad científica, literaria o artística establecida con autoridad pública”. En realidad, el concepto viene de la “casa con jardín cerca de Atenas, junto al gimnasio del héroe Academo, donde enseñaron Platón y otros filósofos”. La verdad es que la Academia Argentina de Gastronomía no me suena a ciencia, ni a filosofía ni a nada en especial. Desconozco realmente quién es María Podestá, su actual presidente; sí tengo alguna idea de parte de los “académicos” que la integran, todo ellos gourmands, algunos reconocidos de la industria del vino, otros que nada que ver, pero como tienen alcurnia y recursos, pues allí están y bien ganado lo tienen. Sé también que al principio había algún periodista, pero no sé si ahora hay quién represente a nuestro gremio. Eso es lo de menos.

La AAG premió hace algunas semanas a Martín Baquero “como el mejor chef del año”, se refieren al 2011. Y me puse contento, porque Martín es un tipo que además de su reconocida capacidad profesional, hace docencia, respeta a sus clientes y no cede ante las “necesidades comerciales” que surgen inevitablemente en el negocio de la restauración. Salud a Martín, entonces, que lo tiene merecido más allá de quién le entregó la distinción.

Hace algunos años, empero, la AAG consideró que la mejor empanada del país era la mendocina. Con perdón de mis amigos “menducos”, la provincia cuyana tiene los mejores chivitos del mundo (los de Malargüe) y algunos platos notables, como la carne a la masa. Pero sus empanadas son comunes y corrientes, nada frente a las salteñas, mis preferidas. Lo que ocurre es que en la AAG hay muchos mendocinos del vino, nativos o por adopción. Y llevaron agua para su molino.

Entre los premios otorgados este año, pero correspondientes al 2011, me llamó la atención que el “más mejor” de los restaurantes fuera precisamente de Mendoza. Aclaro que no puedo hacer una crítica objetiva porque nunca concurrí a Nadia O.F., por lo cual para mí Siete Cocinas, de Pablo del Río, sigue siendo el que “más me gusta” en la capital de vino. Lo que no deja de ser subjetivo, claro está, como también lo es lo que diga la AAG. En primer lugar, debo señalar que no se puede ser tan terminante con eso de decir que tal o cual “es el mejor restaurante del país”. Muchas veces, algunos amigos (entendidos o no) me preguntan cuál es el mejor lugar, el que estaría en lo más alto del podio, y no me atrevo a aseverarlo. Hay muchos que me gustan, cada uno en su estilo. Pero no hay “uno que sea el mejor”. De ninguna manera. Por eso me suena a atrevido, arriesgado, inconveniente, asegurar que hay un restaurante que es el mejor de todos. En todo caso, sería “el más mejor”, porque ponerlo de esta manera nos permite dudar de la verosimilitud de lo que dice la AAG, sin considerar de otro modo más peyorativo a quienes votaron por Nadia. Que debe ser muy buena seguramente, pero nunca la mejor.

Ahora bien, si ustedes lectores quieren saber qué quiere decir el aditamento O.F. que lleva el restaurante de Nadia, se lo develamos. Son las iniciales de ambos apellidos de su esposo, el empresario Ortega Fournier, propietario de la Bodega O. Fournier en Mendoza. El español, afincado con su familia desde hace muchos años (una década) en la provincia cuyana, también tiene bodega en Chile. Su mujer “atiende” el Restaurante “Urban”, de la bodega familiar. Y hace dos años abrió su propio local en Chacras de Coria.

Uno se pregunta a esta altura si los 40 miembros de la AAG hubieran llegado alguna vez al restaurante de Nadia Harón, si no fuera la esposa de Ortega Fournier (que dicho sea de paso hace vinos excelentes). Quizá nunca. Además, para evaluar cuál fue el “mejor del 2011” debieron haber visitado los miles y miles de restaurantes que hay en el país. Misión imposible, lógicamente. Por lo tanto, para no seguir diciendo “más mejor”, sería conveniente señalar que Nadia O.F., es el “Mejor restaurante que visitó la AAG durante 2011”. En lo que a mí respecta me tiene sin cuidado lo que piense la mencionada Academia de notables (si alguna vez dejé de pertenecer a la Accademia Italiana della Cucina, en su versión local, por no coincidir siquiera mínimamente con sus resoluciones). De la misma manera que en FDO cuestionamos a la S. Pellegrino y a Noma, que ganó por tercera vez consecutiva el título pomposo de “mejor restaurante del mundo” gracias a sus brotes, hierbas y productos biodinámicos.

Quizá en la próxima visita a Mendoza me den ganas de ir a Nadia O.F., ya que no parecen excesivos los 250 pesos que vale el menú degustación. Y te cobran sólo 30 pesos por el descorche. Aunque no está nada mal aprovechar los vinos de la bodega familiar, que  son muy buenos. Pero insisto: será difícil que me convenzan que éste es el mejor; tal vez sea sólo el “más mejor”. Y no me vengan con que Mendoza ha crecido en su gastronomía. La provincia de los mejores vinos no tiene los mejores restaurantes. Continúa siendo una asignatura pendiente.

Link: Una nota sobre el mismo tema en el blog de Lionel Kleiman, La Guerrilla Culinaria

Foto: © Tinkyfoo | Dreamstime Stock Photos

 
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