Siguen las noches de luna llena en ZirkelJueves, 21 de marzo de 2019Sigue la luna llena de marzo y en Zirkel la vista es impagable. En buena compañía y para disfrutar de una cocina de alto vuelo (ya que estamos en las alturas del piso 22).
Anoche volvimos a Zirkel incentivados por la luna llena que se advertía hacia el este, con el Río de la Plata allá abajo desplegando las luces de los barcos, y quizá también de la vecina Colonia, en el Uruguay.
Otros comensales prefirieron sentarse sobre el otro ventanal, el que da al oeste y al fondo, el Obelisco iluminado. Son los atractivos extra que uno tiene cuando sube al piso 22 del Edificio Torre Club Alemán. Lujos que uno puede darse en Buenos Aires.
¿Qué comimos? Entradas: ensalada de palta, huevo poché, remolacha, hojas verdes y almendras; burrata con tomate, jamón crudo y mix de verdes; salmón gravlax con remolacha, cítricos, semillas y verdes.
Principales: dorado con gremolata y caponata; ojo de bife con toffee, batatas, papines y salsa criolla; costillas de cerdo (kassler) con cremoso de papas, peras y remolachas.
Postre único, un clásico alemán: rote grütze en copa, con crema de vainillas.
Hay que aprovechar la luna llena hasta el sábado. El Obelisco siempre está y la fabulosa vista de Puerto Madero también, para no perderse la experiencia.
Sigue la luna llena de marzo y en Zirkel la vista es impagable. En buena compañía y para disfrutar de una cocina de alto vuelo (ya que estamos en las alturas del piso 22).
Anoche volvimos a Zirkel incentivados por la luna llena que se advertía hacia el este, con el Río de la Plata allá abajo desplegando las luces de los barcos, y quizá también de la vecina Colonia, en el Uruguay.
Otros comensales prefirieron sentarse sobre el otro ventanal, el que da al oeste y al fondo, el Obelisco iluminado. Son los atractivos extra que uno tiene cuando sube al piso 22 del Edificio Torre Club Alemán. Lujos que uno puede darse en Buenos Aires.
¿Qué comimos? Entradas: ensalada de palta, huevo poché, remolacha, hojas verdes y almendras; burrata con tomate, jamón crudo y mix de verdes; salmón gravlax con remolacha, cítricos, semillas y verdes.
Principales: dorado con gremolata y caponata; ojo de bife con toffee, batatas, papines y salsa criolla; costillas de cerdo (kassler) con cremoso de papas, peras y remolachas.
Postre único, un clásico alemán: rote grütze en copa, con crema de vainillas.
Hay que aprovechar la luna llena hasta el sábado. El Obelisco siempre está y la fabulosa vista de Puerto Madero también, para no perderse la experiencia.