En el local que ocupara por varios años Tô, hoy funciona Fabric Nikkei Sushi Bar, la versión "restaurante" de la conocida cadena de delivery de sushi. El nuevo menú, que estará disponible a mediados de octubre y que probamos en una especie de "marcha blanca", certifica que la marca gana valor con una propuesta de Cocina Peruana Nikkei de muy buena relación costo-beneficio.
Fabric Nikkei Sushi Bar - Costa Rica 6000 y Arévalo - Teléfono 4774-0043. Abierto todos los días mediodía y noche. Principales tarjetas.
Tipo de Cocina: Peruana Nikkei
Barrio: Palermo Hollywood
Precios: $$$
Cuando se trata de sushi, existen diferentes parámetros de calidad para su evaluación. Desde lo estrictamente japonés, con su tradición estoica y su pasión por el producto casi sin agregados, hasta el libre juego del roll norteamericano que también encuentra su tradición en los California o New York Rolls y su vanguardia en otras piezas que incluyen maracuyá o diferentes sirups.
Es por ello que son contados con los dedos de una mano los deliveries de sushi que pueden mostrar calidad como un activo valorable. La propia naturaleza del delivery complota contra esto, ciertamente en el sushi pero en casi todos los productos. Arroz frío, piezas desarmadas, bandejas volcadas.
Existen notables excepciones a la regla: Social Sushi por la zona de Belgrano es un ejemplo. Tenkuu en Barrio Norte es otro. De cualquier manera ambos lugares cuentan con salones y siempre es preferible asistir y ver trabajar al sushiman que pedir. Pero aun así, en el pedido uno no se ve defraudado.
En el mismo sentido, casi todos los deliveries de sushi han caído en un desprestigio causado por el mismo segmento. Una suerte de canibalismo de precios que ha dado lugar a un sinnúmero de proposiciones indecentes y en muchos casos, incomibles.
Por eso cuando recibí la invitación de asistir al local de Fabric Nikkei Sushi Bar, debo confesar que me vi envuelto por una cortina de escepticismo pese a los comentarios de quien me había invitado en relación a que, en este caso, se trataba de una experiencia buena y diferente. No es fácil, ni para bien ni para mal, lidiar con el peso de una marca.
De la mano de famosos como Nobu (Matsuhisa) o Micha (Mitsuharu Tsumura), la Cocina Peruana Nikkei se ha abierto un lugar potente en la gastronomía. En la Argentina, contamos con varios de estos restaurantes desde hace ya años.
En el caso Fabric Nikkei Sushi Bar los dueños han confiado en el trabajo del peruano Miguel Torres, quien con maestría ha llevado la cocina de este local, donde otrora se levantó un lugar mítico como fue Tô, al mismo nivel que los grandes exponentes nikkei peruanos de la ciudad a un costo sustantivamente menor que sus competidores. La ambientación del local es correcta, sillas y sillones cómodos y cuenta con una barra bien provista de alcoholes.
La comida, que es lo más importante, está bien servida y elaborada. Y es rica, sabrosa. Caracterizada por sabores fuertes, con toda la impronta peruana de picantes, dulces y ahumados.
Arrancamos con una trilogía de causitas en cuchara, muy sabrosas pese a la carencia de papa amarilla que existe en la Argentina, unas conchitas parmesanas con calamar y unos mariscos al fuego saltados con manteca al estilo japonés, todo emplatado en forma correcta.
Luego un tataki de dry-aged (T-bone madurado 70) terminado con sal rosa. Unos shiromi ginger, niguiris de pescado blanco con jengibre y tobiko y una tabla de sashimis y nigiris de salmón rosado fresco, salmón rosado ahumado en roble (una maravilla) y pescados blancos. Y finalizamos con un tiradito de dry-aged flambeado a soplete sobre el mismo plato.
Este menú, que en parte será ofrecido a partir de mediados de octubre, es una gran opción palermitana a un costo moderado. Buen trabajo el que están haciendo los dueños de Fabric Nikkei Sushi Bar, que además rompe con la propia barrera impuesta por los años focalizados en el delivery.
Logran así que la marca gane valor a través de ser consecuentes con una exigencia de calidad.
Nigiris de salmón ahumado, fresco y pescado blanco.
Carmen es un restaurante de pastas con el plus que le impone su chef, Nacho Feiblemann. Así es posible encontrar una opción rellena de pesca de río; cintas (tagliatelle) cacio e pepe que acompañan una costilla hecha al kamado, o una original girandola rellena de batata asada, parmesano, castañas, manteca y menta. A ello hay que agregarle lo que el chef conoció en Londres: pastas con mucha manteca, cítricos, colores y rellenos no tradicionales. Una forma diferente de ver la cocina italiana en general, y las pastas en particular.
Hay pizzas y pizzas. Buenos Aires ofrece hoy diversas versiones que nos sorprenden a veces por la escasa o nula difusión que han tenido entre nosotros. Uno de esos casos es el de la variedad romana, finita, seca, crujiente y con ingredientes de calidad, algunos de ellos italianos. Es la que ofrece Così mi Piace, junto a varias opciones de pasta al dente.
Casi como si se tratara de un speakeasy, Rufino se descubre en el subsuelo del hotel boutique Mío Buenos Aires, de Recoleta. El restaurante se inauguró a mediados del 2018 y, por suerte, han logrado superar la pandemia que les pegó doble (ya que no disponen de espacios al aire libre excepto un diminuto patio al fondo del salón. El leit motiv es la carne argentina, llevada aquí a niveles de calidad y sofisticación bien entendida, que potencian la propuesta.
