Editorial

Una historia de 200 puntos

Jueves, 5 de julio de 2018

El Viñedo Adrianna, de la Familia Catena Zapata, obtuvo la semana pasada por primera vez en la historia de Sudamérica, dos vinos con 100 puntos según la publicación The Wine Advocate.

Ya sabemos que en el mundo del vino, hay consumidores que se guían en los puntajes y las calificaciones de los gurús internacionales. Entre ellos, Robert Parker, amado y odiado por igual. Sin embargo, sería de necios negar su influencia en el comercio internacional a través de sus puntuaciones.

Sea como fuere y dada la trascendencia que obtiene el hecho de lograr la máxima calificación, que ello haya ocurrido con dos vinos de nuestro país alcanza ribetes que pueden considerarse históricos y de enorme significación para el futuro de la vitivinicultura argentina.

Es, en síntesis, un reconocimiento a toda la industria que, tres décadas atrás, recién comenzaba a modificar la historia con la reconversión de viñedos, la inserción de nuestros vinos en los principales mercados y el posicionamiento entre los mejores exponentes de los vinos del Nuevo Mundo.

Con el tiempo también es verdad que se fueron decantando estilos y lo que al principio fue una explosión de vinos concentrados, fue virando con el paso del tiempo en nuevas expresiones que intentan reflejar prioritariamente lo que expresa el terruño.

Nada podría lograrse sin el trabajo mancomunado de los equipos enológicos y agronómicos, en el complemento que existe entre lo científico y la pasión con la cual se desarrollan los proyectos.

A veces la fortuna hace su parte, pero es apenas un hecho significativo en el inicio de un trabajo que luego se afirma en la mano del hombre.

La fría noticia dice que dos vinos, Catena Zapata Adrianna Vineyard Parcela River Stones Malbec 2016 y Gran Enemigo Single Vineyard Gualtallary Cabernet Franc 2013, obtuvieron la máxima calificación en The Wine Advocate, con lo cual se suman al Catena Zapata Parcela Fortuna Terrae Malbec 2016, que ya tenía 100 puntos en la calificación de James Suckling.

Los nombres propios no pueden omitirse porque tan importante como la tierra es la gente que está detrás de cada proyecto (y de cada logro). Nicolás Catena, Laura Catena, Alejandro Vigil y todo un equipo detrás, son la razón que explica el logro obtenido.

Resulta interesante escuchar de boca de la propia Laura Catena cómo se inició todo en este viñedo de Gualtallary, al que hoy todos consideran como "perfecto". Dice Laura que hubo "un alto componente de suerte, porque mi padre plantó en Adrianna buscando más frío, sin saber que reposaba sobre un río seco con un sinfín de parcelas increíbles en su diversidad".

Y agrega que "al vinificar las uvas de cada pequeño pedazo de tierra por separado, encontramos el oro, pero fue de manera azarosa".

El Viñedo Adrianna, dice, "es único por su particular combinación de suelo (y su microbioma), clima e intensidad solar; su suelo aluvional se formó hace miles de años y, con el tiempo, la actividad volcánica, sísmica y eólica fue trasladando la piedra y la tierra, configurando un laberinto de diferentes microterroirs dentro del viñedo".

Con la influencia del Barón Eric de Rothschild (Château Lafite-Rothschild), Laura Catena trabajó en "individualizar y estudiar por separado cada parcela, procurando mantener inalterado su equilibrio natural".

A esta altura es común escuchar que primero está el terroir y que todo nace en el viñedo. Hoy, a la luz del reconocimiento otorgado a dos vinos de una misma finca y parcelas diferentes, esta definición se transforma en la ratificación de lo que hace años, en ocasión de un viaje a El Calafate, le escuchamos decir al doctor Catena. Sonó premonitorio y el tiempo demostró que no estaba equivocado.

El Viñedo Adrianna está en el Valle de Uco a 1.500 metros sobre el nivel del mar. De allí surgen dos vinos que para Luis Gutiérrez, el catador oficial de Robert Parker para esta parte del mundo, pueden considerarse perfectos.

Catena Zapata Adrianna Vineyard Parcela River Stones Malbec 2016 proviene de una parcela está compuesta por "un suelo misterioso, rocoso, en el lecho seco de un antiguo río", y Gran Enemigo Single Vineyard Cabernet Franc 2013 tiene su origen en "·distintas fracciones de esta variedad en el viñedo".

El futuro está en los "vinos de parcelas". Tiene razón Laura cuando dice: "como diría mi bisabuelo italiano Nicola Catena, siamo fortunati". 

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