Adiós al Señor del MalbecLunes, 4 de junio de 2018Apenas recibida la triste noticia del fallecimiento de Fabi, la esposa de un gran cocinero, Darío Gualtieri, el domingo nos golpeó duramente con otro mazazo. Nos dejó Don Ricardo Santos, el señor que le puso su nombre y apellido a la cepa emblema.
Cultor de una fina ironía, de una inteligencia superior, Don Ricardo Santos fue antes que un gran hacedor de vinos, un personaje entrañable con quien daba gusto charlar y sobre todo, escucharlo.
Cuando iniciamos Fondo de Olla © ocho años atrás, Don Ricardo tuvo hacia nosotros palabras de aliento y hasta algunas veces, nos honró con su pluma filosa.
Así fue además que nos invitó a beber unos cócteles en el viejo y querido Bar del Plaza, hoy cerrado por remodelación y quizás irrecuperable (ojalá solo sea una percepción equivocada).
Aquella tarde no había lo que hoy da en llamarse happy hour, pero los Old Fashioned que tanto le gustaban a Ricardo, pasaban ininterrumpidamente por nuestra mesa. Ese era uno de sus lugares preferidos en Buenos Aires, adonde llegaba con frecuencia desde su Mendoza adoptiva, porque había nacido en la Capital.
Hemos escuchado cientos de anécdotas que pintan de cuerpo entero a Ricardo Santos. Una de ellas la presenciamos, cuando a la ironía de Miguel Brascó le respondió con un retruco más irónico aún. El periodista preguntó si su vino tenía sangría, a lo cual le respondió: "Y a vos qué te importa, te gusta o no te gusta".
Su familia era propietaria de Norton, en la que tomó las riendas junto a su hermano. Años después, en 1989 vendieron el paquete accionario a los Gernot Langes- Svarovski.
Y ahí, con la compra de una finca en Russell, Maipú, a la que bautizó La Madras, se iniciaría una nueva aventura, que culminaría con el lanzamiento en 1997 de El Malbec de Ricardo Santos. Su esposa Estela, a quien siempre nombraba en sus comentarios, lo acompañó en toda esta trayectoria.
Apuntalado por sus hijos Patricio y Pedro, el emprendimiento creció hasta ofrecer un portafolio en el cual se fueron sucediendo El Gran Malbec, El Malbec, El Cabernet Sauvignon y El Semillón (todos en la línea que lleva el nombre del fundador). Y con la marca Los Tercos, llegaron El Malbec, El Bonarda, El Cabernet Sauvignon, El Sangiovese y El Torrontés.
A Don Ricardo, un precursor de la cepa insignia de nuestro país, le tocó ser el primero en exportar un varietal de Malbec en el año 1972. Fue un precursor, al que hay que considerar como un prócer de la vitivinicultura argentina moderna.
Nuestro pésame muy sentido a su familia. Y para recordar a Don Ricardo, nada mejor que hacerlo con tres de sus notas que publicamos en Fondo de Olla ©: http://www.fondodeolla.com/nota/14019-requiem-al-pan-frances/
http://www.fondodeolla.com/nota/comida-argentina-mucho-mas-que-parrilla/
http://www.fondodeolla.com/nota/ya-nos-aburrimos-del-malbec/
Salud donde estés, Ricardo. Y gracias por tu aporte a los vinos argentinos.
Apenas recibida la triste noticia del fallecimiento de Fabi, la esposa de un gran cocinero, Darío Gualtieri, el domingo nos golpeó duramente con otro mazazo. Nos dejó Don Ricardo Santos, el señor que le puso su nombre y apellido a la cepa emblema.
Cultor de una fina ironía, de una inteligencia superior, Don Ricardo Santos fue antes que un gran hacedor de vinos, un personaje entrañable con quien daba gusto charlar y sobre todo, escucharlo.
Cuando iniciamos Fondo de Olla © ocho años atrás, Don Ricardo tuvo hacia nosotros palabras de aliento y hasta algunas veces, nos honró con su pluma filosa.
Así fue además que nos invitó a beber unos cócteles en el viejo y querido Bar del Plaza, hoy cerrado por remodelación y quizás irrecuperable (ojalá solo sea una percepción equivocada).
Aquella tarde no había lo que hoy da en llamarse happy hour, pero los Old Fashioned que tanto le gustaban a Ricardo, pasaban ininterrumpidamente por nuestra mesa. Ese era uno de sus lugares preferidos en Buenos Aires, adonde llegaba con frecuencia desde su Mendoza adoptiva, porque había nacido en la Capital.
Hemos escuchado cientos de anécdotas que pintan de cuerpo entero a Ricardo Santos. Una de ellas la presenciamos, cuando a la ironía de Miguel Brascó le respondió con un retruco más irónico aún. El periodista preguntó si su vino tenía sangría, a lo cual le respondió: "Y a vos qué te importa, te gusta o no te gusta".
Su familia era propietaria de Norton, en la que tomó las riendas junto a su hermano. Años después, en 1989 vendieron el paquete accionario a los Gernot Langes- Svarovski.
Y ahí, con la compra de una finca en Russell, Maipú, a la que bautizó La Madras, se iniciaría una nueva aventura, que culminaría con el lanzamiento en 1997 de El Malbec de Ricardo Santos. Su esposa Estela, a quien siempre nombraba en sus comentarios, lo acompañó en toda esta trayectoria.
Apuntalado por sus hijos Patricio y Pedro, el emprendimiento creció hasta ofrecer un portafolio en el cual se fueron sucediendo El Gran Malbec, El Malbec, El Cabernet Sauvignon y El Semillón (todos en la línea que lleva el nombre del fundador). Y con la marca Los Tercos, llegaron El Malbec, El Bonarda, El Cabernet Sauvignon, El Sangiovese y El Torrontés.
A Don Ricardo, un precursor de la cepa insignia de nuestro país, le tocó ser el primero en exportar un varietal de Malbec en el año 1972. Fue un precursor, al que hay que considerar como un prócer de la vitivinicultura argentina moderna.
Nuestro pésame muy sentido a su familia. Y para recordar a Don Ricardo, nada mejor que hacerlo con tres de sus notas que publicamos en Fondo de Olla ©: http://www.fondodeolla.com/nota/14019-requiem-al-pan-frances/
http://www.fondodeolla.com/nota/comida-argentina-mucho-mas-que-parrilla/
http://www.fondodeolla.com/nota/ya-nos-aburrimos-del-malbec/
Salud donde estés, Ricardo. Y gracias por tu aporte a los vinos argentinos.