Lenguado de la cabeza a la colaViernes, 25 de mayo de 2018Ya hemos dicho muchas veces que La Mar nos rompió la cabeza a la hora de comer pescados y mariscos. Pero en estos días en que el frío da tregua y más hoy en este 25 de Mayo soleado, vale la pena cambiar el consabido locro patrio por una propuesta marítima.
Ayer fue día de encuentro de amigos en La Mar. Junto al director comercial de una bodega y sommeliers -casualmente de los restaurantes que en Fondo de Olla © consideramos que están entre los mejores del país-, compartimos un almuerzo marítimo ciento por ciento con los espumantes que más disfrutamos.
Lo cierto es que no teníamos ganas de mirar la carta, que siempre se renueva según lo que ofrece el mercado (y sobre todo la pesca del día), la buena idea fue llamar a Astrid Acuña (sous chef de La Mar Buenos Aires) en virtud de que Anthony Vásquez se encuentra en Colombia.
Siempre hay que confiar en los cocineros de la casa, sobre todo si uno tiene confianza en ellos y considera que el lugar ofrece una propuesta superlativa. Y éste fue el caso, precisamente.
Mientras degustábamos algunas de las etiquetas de la bodega, conversando animadamente sobre lo que pasa en la gastronomía y en la vitivinicultura argentina en estos días, se estaba preparando la sorpresa.
La idea de Anthony llevada a cabo en forma brillante por Astrid y su brigada, era presentar un lenguado (de 7 kilos) que llegó a la mesa en dos partes. El aprovechamiento es integral y no tiene desperdicio.
Primero se trataba una enorme bandeja decorada con la cabeza del pescado, en la cual se habían diseminado variedad de cebiches, tiraditos, chicharrones, frituras y otras especialidades que constituían una verdadera bacanal de nuestro Mar Argentino.
Pero la cosa no se detuvo acá. A continuación llegó la parte caliente: lomo de lenguado con arroz y batatas al horno. Imposible determinar en esta instancia si te gusta más el pescado crudo o el cocido, lo frío o lo caliente. Clarísimo empate técnico.
Una parte de la mesa guardó algo de lugar para los postres, sobre todo el Suspiro de Limeña, tan dulce que algunos lo aman y otros no lo eligen, por más que la versión de La Mar sea espectacular.
De manera que si la idea es salir a comer en algunos minutos para disfrutar del 25 de Mayo o de todo el feriado largo, o cuando se les ocurra, nada mejor que pedir este lenguado (de la cabeza a la cola) que es una obra maestra de Anthony, Astrid y la brigada que forma parte del equipo de Gastón Acurio en nuestro país.
Con un chilcano o un pisco sour, y luego para acompañar la comida, el Sauvignon Blanc o el Chardonnay Casa Boher, y los espumantes Rosell Boher, incluyendo el recién salido al mercado RB Encarnación.
Un lujo que nos pudimos dar, por la comida, la bebida y la compañía.
Ya hemos dicho muchas veces que La Mar nos rompió la cabeza a la hora de comer pescados y mariscos. Pero en estos días en que el frío da tregua y más hoy en este 25 de Mayo soleado, vale la pena cambiar el consabido locro patrio por una propuesta marítima.
Ayer fue día de encuentro de amigos en La Mar. Junto al director comercial de una bodega y sommeliers -casualmente de los restaurantes que en Fondo de Olla © consideramos que están entre los mejores del país-, compartimos un almuerzo marítimo ciento por ciento con los espumantes que más disfrutamos.
Lo cierto es que no teníamos ganas de mirar la carta, que siempre se renueva según lo que ofrece el mercado (y sobre todo la pesca del día), la buena idea fue llamar a Astrid Acuña (sous chef de La Mar Buenos Aires) en virtud de que Anthony Vásquez se encuentra en Colombia.
Siempre hay que confiar en los cocineros de la casa, sobre todo si uno tiene confianza en ellos y considera que el lugar ofrece una propuesta superlativa. Y éste fue el caso, precisamente.
Mientras degustábamos algunas de las etiquetas de la bodega, conversando animadamente sobre lo que pasa en la gastronomía y en la vitivinicultura argentina en estos días, se estaba preparando la sorpresa.
La idea de Anthony llevada a cabo en forma brillante por Astrid y su brigada, era presentar un lenguado (de 7 kilos) que llegó a la mesa en dos partes. El aprovechamiento es integral y no tiene desperdicio.
Primero se trataba una enorme bandeja decorada con la cabeza del pescado, en la cual se habían diseminado variedad de cebiches, tiraditos, chicharrones, frituras y otras especialidades que constituían una verdadera bacanal de nuestro Mar Argentino.
Pero la cosa no se detuvo acá. A continuación llegó la parte caliente: lomo de lenguado con arroz y batatas al horno. Imposible determinar en esta instancia si te gusta más el pescado crudo o el cocido, lo frío o lo caliente. Clarísimo empate técnico.
Una parte de la mesa guardó algo de lugar para los postres, sobre todo el Suspiro de Limeña, tan dulce que algunos lo aman y otros no lo eligen, por más que la versión de La Mar sea espectacular.
De manera que si la idea es salir a comer en algunos minutos para disfrutar del 25 de Mayo o de todo el feriado largo, o cuando se les ocurra, nada mejor que pedir este lenguado (de la cabeza a la cola) que es una obra maestra de Anthony, Astrid y la brigada que forma parte del equipo de Gastón Acurio en nuestro país.
Con un chilcano o un pisco sour, y luego para acompañar la comida, el Sauvignon Blanc o el Chardonnay Casa Boher, y los espumantes Rosell Boher, incluyendo el recién salido al mercado RB Encarnación.
Un lujo que nos pudimos dar, por la comida, la bebida y la compañía.