Así en el Cielo como en la Tierra

Tocó el cielo con las manos dos veces: ganó el Oscar en 2006 y 2007 como autor de la Mejor Banda Sonora por "Secreto en la Montaña" y "Babel", respectivamente. Por la primera también obtuvo el Globo de Oro.

Pero al mismo tiempo, Gustavo Santaolalla tiene los pies sobre la tierra. Y más aún si se trata del suelo que provee las uvas con las cuales se elaboran sus vinos, que precisamente se llaman "Cielo y Tierra". También ha incursionado en el mundo de la cerveza con sus marcas "Grosa" y "Regrosa".

En el año 2005, el músico argentino más premiado dio inicio a su aventura vitivinícola. Y está convencido de que sus vinos deben hablar por sí mismos y no por la figura mediática que hay detrás. Hoy tiene socios que hacen posible que el negocio siga adelante, algo indispensable para quien vive la mayor parte del tiempo en la ciudad de Los Ángeles. Afirma Gustavo: "siempre quise hacer vinos que tuvieran identidad, que es lo que he buscado en todo lo que hago, mostrar quién soy, de dónde vengo".

Los vinos se elaboran con uvas procedentes de la finca familiar ubicada en Lunlunta, Maipú, con los Andes como telón de fondo. Los viñedos tienen algo más de 30 años de edad, y los más nuevos fueron implantados hace seis.

Si bien predomina el Malbec, también hay cepas de Cabernet Sauvignon y en menor medida, Petit Verdot.

Durante el almuerzo también se presentó un ciclo de cenas que tendrán lugar este año en Finca La Luna. Cada mes, con el marco del mejor paisaje mendocino, alumbrados por un cálido fogón bajo las estrellas, un grupo pequeño de comensales podrá vivir una experiencia única: de la mano de Leandro "Coco" Egozcue (chef propietario del Restaurante Burzako) se podrán probar platos de la gastronomía vasca y la nobleza del producto mendocino en una cena acompañada por los vinos de la bodega.

Precisamente, la presentación tuvo lugar en el ámbito de Burzako, donde las famosas croquetas, pescados y rabo de toro acompañaron los vinos de la bodega.

Los vinos Cielo y Tierra que se probaron fueron los siguientes: Celador Malbec (2015); Celador Cabernet Sauvignon (2013); Don Juan Nahuel Malbec (2014; Don Juan Nahuel Malbec Reserva (2013); Don Juan Nahuel Cabernet Sauvignon (2014) y Callejón de las Brujas-Ensamble (2015)

Dice Gustavo Santaolalla al referirse al Cielo: "lo interesante de sentirse en el cielo es ver la vida con otra perspectiva, es disfrutar lo que elegí como medio de vida y como impulso de todos mis proyectos. Ver a las cosas en una dimensión más grande para luego contextualizar. Es saber que la felicidad para lo que se trabaja cada día".

Y sobre la Tierra: "la satisfacción de poder hacer un vino propio es, entre otras cosas, volver a las raíces, a un trabajo milenario de la tierra con el cual me contento de una manera muy personal. Aquí se disfrutan pasiones como la música, la compañía de amigos en un entorno único junto a mi familia. Y por eso elegí Mendoza, una geografía que simboliza el Cielo aquí en la Tierra".

Los vinos de Santaolalla son como él mismo lo pretende: amables, ricos, bebibles, que hablan por sí mismos y no por la fama de quien los produce. Y que tienen además una muy buena relación costo beneficio.

Además tuvimos un plus: Gustavo sacó los instrumentos musicales y deleitó a los asistentes con algunas de sus creaciones. Vino, Cocina Vasca y Música, resultaron una conjunción perfecta para una tarde de la ciudad que no fue precisamente una tarde cualquiera.