Una nueva bodega "in memoriam" de Enzo Bianchi

Porque lo que importa es la familia

Miércoles, 2 de mayo de 2018

Ubicada en el Valle de Uco, la bodega emplazada por los Bianchi conlleva dos hechos trascendentes: el homenaje a su enólogo mentor por más de 50 años, Enzo Bianchi, hijo de Valentín, fundador de la saga familiar, y el hecho de que por primera vez la empresa se instala fuera de su San Rafael de origen.

"No hay nada más lindo que la familia unida", sonaba pegadiza la canción de aquella telenovela llamada "Los Campanelli", que los domingos al mediodía rompió ratings entre los años 1969 y 1974.

"Porque lo que importa es la familia", decían al unísono sus protagonistas. Y estas dos frases le vienen como anillo al dedo a los Bianchi, que van por la cuarta generación y ya con algunos nuevos integrantes, muy pequeños aún, de la quinta desde que Don Valentín llegara al país desde su Italia natal.

Y ésa es también la imagen familiar que observábamos los periodistas que asistimos a la presentación de la nueva bodega enclavada en Vista Flores, Valle de Uco (en la zona conocida como Los Chacayes).

Tras 90 años de trayectoria, los Bianchi decidieron "salir" de San Rafael para abrir nuevos caminos en el lugar que muchos consideran el que tiene mayor potencial en la historia reciente de la vitivinicultura mendocina. Ellos ya compraban uvas en la zona, pero nunca se instalaron fuera de la ciudad de origen.

La tristeza aún embarga a la familia tras el fallecimiento de Don Enzo, ocurrido el 10 de abril pasado, apenas dos semanas antes de la visita que un grupo de periodistas (de Buenos Aires, Mendoza Ciudad y San Rafael), realizara a las instalaciones del nuevo enclave.

De hecho, hace tiempo que la bodega había sido adquirida, pero por culpa de esos vericuetos legales de la Argentina, defensa de la competencia mediante, la oficialización tardó algún tiempo en llegar.

No podemos continuar con el relato de lo acontecido en esta jornada en la que la calidez de adentro se entremezclaba con la amenaza de que el viento Zonda bajara de la altura de la cordillera, lo cual por fortuna nunca sucedió, sin comentar un hecho paradigmático en la vida de la bodega.

Y es que hace tres años, la familia Bianchi adoptó una medida que ellos mismos consideran como dolorosa, pero necesaria. Nosotros también decimos "revolucionaria". Un ejemplo para las empresas que, con el paso del tiempo y el surgimiento de las nuevas generaciones se ven inmersas en la atomización. Es así como todos los miembros de la familia dejaron la tarea diaria, como había sido siempre hasta ese momento.

La intención era "profesionalizar", si cabe el término, el manejo de la bodega. Ellos son accionistas, no ocupan un lugar en el directorio pero sí tienen representantes en el mismo. Hoy están muy satisfechos con la decisión tomada, ya que los resultados han sido los esperados.

Con gran parte de la familia agrupada en la mesa cabecera y todos opinando y respondiendo las inquietudes de los periodistas, estaban Rafael Calderón, el gerente general, y el jefe de enología, Silvio Alberto.

Los viñedos, que recorrimos en un camión de esos que en África son usados para safaris fotográficos, se encuentran a una altitud de a 1.100 metros a nivel del mar. Esta ubicación trae además de la destacada calidad de sus suelos, una amplitud térmica única, lo que permite producir vinos de excelente color y características organolépticas excepcionales.

La finca se encuentra sobre el antiguo lecho de un cauce hoy seco, con un suelo pobre de carácter calcáreo. Se trata de suelos de formación aluvional, que exigen a las plantas un esfuerzo adicional para establecerse y entrar en producción.

Silvio Alberto detalla que la Bodega Enzo Bianchi está integrada por un edificio de 2000 m2 con capacidad de vasija de 500 mil litros y 400 mil botellas en estiba; además de una casona para recepción del turismo.

Para la elaboración, se cuenta con tecnología de última generación. Bodegas Bianchi ha puesto su impronta innovadora, adquiriendo el último desarrollo tecnológico en cuanto a despalillado de uvas que, sumado a una doble cinta de selección, permite lograr una calidad de racimos y granos notable.

El otro motivo de la reunión fue presentar una nueva línea de vinos denominada "Gran Famiglia Bianchi". Se trata de dos tintos elaborados en el Valle de Uco. Dice Silvio Alberto que "estos tintos representan nuestra visión en esta zona y es el puntapié inicial de un proceso de innovación que estamos implementando en la Bodega Enzo Bianchi y que alumbrará nuevos estilos de vinos creados a partir de cepas clásicas de excelencia y varietales no tradicionales".

"Gran Famiglia Bianchi" está compuesto por un Malbec 100% y un vino de corte Malbec y Merlot en partes iguales, con Petit Verdot, Tannat y Cabernet Franc para sumar complejidad. Son vinos que han pasado 10 en barricas de roble francés, de gran elegancia y equilibrio que expresan todo el sabor de la fruta. Ya se hablará de ellos en otro momento.

Luego de la recorrida por los viñedos, de la cata de los vinos mencionados a cargo del equipo de enología y de las preguntas, llegó la hora del almuerzo. Y ahí se produjo una nueva sorpresa. El plato principal, elaborado por dos integrantes de la familia, fue ossobuco con polenta. Una comida con tanta tradición italiana como la de los Bianchi, que desde hace 90 años engalanan la mesa de los argentinos con los clásicos y los nuevos exponentes que van ocupando espacios en base a calidad.

Diferentes etiquetas de la bodega realzaron la mesa. Entre ellos, el icono que lleva el nombre de Enzo Bianchi, considerado uno de los mejores vinos de la Argentina, y el María Carmen, que rinde homenaje a la esposa de Don Enzo. Cartón lleno, como para que no faltara nada en una fiesta que tuvo  de todo, alegría y también tristeza por razones obvias, pero que al final de cuentas "la famiglia unita" es lo que más importa.  

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