No es el Opio de los pueblosJueves, 5 de abril de 2018Opio Gastropub es adictivo, pero en el buen sentido. Es que muy pocos interpretan las comidas callejeras de los países del sudeste asiático como el chef Tatu Rizzi, un experto en el tema. Y esos sabores hoy están de moda en Buenos Aires.
Opio Gastropub - Honduras 4415- Teléfono: 4864-1046. Abierto de miércoles a sábados desde las 20 a 2 AM. Tarjetas.
Tipo de Cocina: Asiática Callejera
Barrio: Palermo
Precio: $$$
Su curiosidad por cocinar arrancó de muy chico. Diego Rizzi, conocido por el sobrenombre "Tatu", siempre relata un hecho trascedente que le cambió la vida. A sus 13 años, lo enviaron solo a París por unos meses, para visitar a una tía radicada en esa ciudad.
Llegar allí a esa edad y vivir como un parisino, le partió la cabeza (y el paladar). Fue tener en la palma de la mano productos y una cultura gastronómica y social que jamás uno hubiera imaginado en una época sin Internet ni redes sociales. Cuando volvió a Buenos Aires, decidió recrear esos sabores que había conocido en ese viaje mágico.
A los 18 años y recién terminado el colegio secundario, fue a hacer una temporada a Pinamar, a un parador de moda de esa época: Pakalolo. Tenía un carrito, en el cual preparaba crepes salados y dulces. Esa experiencia le hizo entender que, con algo de suerte y voluntad, ésa podía ser su carrera profesional. Y también una especie de anticipación de lo que sería sus preferencias por la comida callejera.
"Tatu" trabajó como bachero en varios restaurantes y, al mismo tiempo, miraba y ayudaba en la cocina, esperando la oportunidad de pasar a ser promovido a ayudante. Estuvo en Quesquesé y Les Chaumiers en esos inicios. Luego fue cocinero en La Capitana, La Grosella y otros lugares Hace 10 años, armó el Buddha BA, en el Barrio Chino, y ahí dice que su cocina dio un giro completo.
"Trabajar con chinos y taiwaneses me hizo encontrar un mundo distinto al que conocía", asegura. Y recuerda que era una época en la que todo era rúcula, parmesano y aceite de oliva. "Y yo veía salsa de ostras, de pescado, de soja, y que la proteína principal era el cerdo", afirma. Otra cosa diferente.
Pudo viajar a la India, Nepal, Tailandia y Vietnam. Con el bagaje culinario incorporado en esos lugares abrió Blanch con un grupo de socios, y hoy ya se ha afirmado con Opio Gastropub, un lugar sui generis por su propuesta innovadora y la excelente relación costo beneficio que lo caracteriza.
En la visita que efectuáramos hace algunos días, encontramos como novedad de la carta a los dim sum (un tapeo chino para compartir). Hay dumplings como jiaosi a la plancha (ravioles de cerdo a la plancha laqueados), potstickers también hechos a la plancha (ravioles de cerdo y langostinos); siu mai de cerdo y langostinos o de pollo (ravioles abiertos al vapor), y wantan (de carne y nira, o de espinaca y hongos). Se presentan acompañados de una salsa a base de soja y picante a elección.
Otras opciones son los "platitos". Es el caso del arroz con pollo en hoja de loto; las ribs de cerdo laqueadas con salsa de soja; panceta a la plancha con arroz y huevo; pollo taiwanés al ajo, con soja y albahaca; turnip cakes (de daikon a la plancha), o bien cheung run (rolls de arroz panceta y hongos al vapor).
Además de los dumplings se probaron los buns (o baos) en sus opción clásica (panceta, akusay, pepino); o las más llamativas de hongos y pickles; de langostinos con mayonesa picante; de cerdo con BBQ china y repollo; o asimismo el sándwich "banh mi clásico" de albóndigas y cerdo. Y hay una deliciosa ensalada de pescado, pickle de pera, fideos batata con hierbas thai, un plato solo apto para paladares que soportan el picante.
Como principal, no se optó esta vez por los clásicos curries de la casa, como el verde de espinaca y el rojo de langostinos y leche de coco. Ambos salen acompañados por arroz crocante. O el curry del día sobre el que hay que preguntar. Tampoco el ramen, infaltable plato de moda de la culinaria japonesa que aquí tiene una destacada presencia.
Sí, en cambio, "Tatu" nos acercó la pesca al vapor (lenguado entero), uno de los platos más logrados de la carta. Otra variante es la pesca del día a la plancha con bok choy.
El postre emblema de la casa son las paletas heladas de chocolate y chilly, o matcha (helado de té verde); mousse de maní, y banana shot con miel y coco.
Otro punto fuerte de la casa son los tragos. ideales para acompañar los platos de carácter asiático.. Como el que lleva el nombre de la casa está preparado con whisky, syrup, menta, lima, albahaca y soda. Hay varias opciones de cócteles de autor, y sobre todo gin tonic clásicos o bien otros revisionados, como el que lleva pepino, verde, enebro, lima y jengibre o cardamomo).
Para quienes prefieran los vinos, la mejor opción para nosotros es el Passo Blanco, de la Bodega Masi Tupungato, un exclusivo corte de Pinot Grigio y Torrontés. O el Passo Doble, con 70% de Malbec y 30% de Corvina Veronese.
Opio Gastropub es altamente recomendable por su relación costo beneficio. Y si nos permiten el consejo, hay que acomodarse en la barra, cerca de "Tatu" Rizzi, al que es un lujo verlo trabajar y escuchar de su boca algunos comentarios sobre la cocina que lo atrapó en sus viajes por el sudeste asiático.
En hoja de loto.
Ensalada de pescado, vegetales y fideos muy picantes.
La sartén apetecible.
Bien colorido.
Diego "Tatu" Rizzi en acción.
Opio Gastropub es adictivo, pero en el buen sentido. Es que muy pocos interpretan las comidas callejeras de los países del sudeste asiático como el chef Tatu Rizzi, un experto en el tema. Y esos sabores hoy están de moda en Buenos Aires.
Opio Gastropub - Honduras 4415- Teléfono: 4864-1046. Abierto de miércoles a sábados desde las 20 a 2 AM. Tarjetas.
Tipo de Cocina: Asiática Callejera
Barrio: Palermo
Precio: $$$
Su curiosidad por cocinar arrancó de muy chico. Diego Rizzi, conocido por el sobrenombre "Tatu", siempre relata un hecho trascedente que le cambió la vida. A sus 13 años, lo enviaron solo a París por unos meses, para visitar a una tía radicada en esa ciudad.
Llegar allí a esa edad y vivir como un parisino, le partió la cabeza (y el paladar). Fue tener en la palma de la mano productos y una cultura gastronómica y social que jamás uno hubiera imaginado en una época sin Internet ni redes sociales. Cuando volvió a Buenos Aires, decidió recrear esos sabores que había conocido en ese viaje mágico.
A los 18 años y recién terminado el colegio secundario, fue a hacer una temporada a Pinamar, a un parador de moda de esa época: Pakalolo. Tenía un carrito, en el cual preparaba crepes salados y dulces. Esa experiencia le hizo entender que, con algo de suerte y voluntad, ésa podía ser su carrera profesional. Y también una especie de anticipación de lo que sería sus preferencias por la comida callejera.
"Tatu" trabajó como bachero en varios restaurantes y, al mismo tiempo, miraba y ayudaba en la cocina, esperando la oportunidad de pasar a ser promovido a ayudante. Estuvo en Quesquesé y Les Chaumiers en esos inicios. Luego fue cocinero en La Capitana, La Grosella y otros lugares Hace 10 años, armó el Buddha BA, en el Barrio Chino, y ahí dice que su cocina dio un giro completo.
"Trabajar con chinos y taiwaneses me hizo encontrar un mundo distinto al que conocía", asegura. Y recuerda que era una época en la que todo era rúcula, parmesano y aceite de oliva. "Y yo veía salsa de ostras, de pescado, de soja, y que la proteína principal era el cerdo", afirma. Otra cosa diferente.
Pudo viajar a la India, Nepal, Tailandia y Vietnam. Con el bagaje culinario incorporado en esos lugares abrió Blanch con un grupo de socios, y hoy ya se ha afirmado con Opio Gastropub, un lugar sui generis por su propuesta innovadora y la excelente relación costo beneficio que lo caracteriza.
En la visita que efectuáramos hace algunos días, encontramos como novedad de la carta a los dim sum (un tapeo chino para compartir). Hay dumplings como jiaosi a la plancha (ravioles de cerdo a la plancha laqueados), potstickers también hechos a la plancha (ravioles de cerdo y langostinos); siu mai de cerdo y langostinos o de pollo (ravioles abiertos al vapor), y wantan (de carne y nira, o de espinaca y hongos). Se presentan acompañados de una salsa a base de soja y picante a elección.
Otras opciones son los "platitos". Es el caso del arroz con pollo en hoja de loto; las ribs de cerdo laqueadas con salsa de soja; panceta a la plancha con arroz y huevo; pollo taiwanés al ajo, con soja y albahaca; turnip cakes (de daikon a la plancha), o bien cheung run (rolls de arroz panceta y hongos al vapor).
Además de los dumplings se probaron los buns (o baos) en sus opción clásica (panceta, akusay, pepino); o las más llamativas de hongos y pickles; de langostinos con mayonesa picante; de cerdo con BBQ china y repollo; o asimismo el sándwich "banh mi clásico" de albóndigas y cerdo. Y hay una deliciosa ensalada de pescado, pickle de pera, fideos batata con hierbas thai, un plato solo apto para paladares que soportan el picante.
Como principal, no se optó esta vez por los clásicos curries de la casa, como el verde de espinaca y el rojo de langostinos y leche de coco. Ambos salen acompañados por arroz crocante. O el curry del día sobre el que hay que preguntar. Tampoco el ramen, infaltable plato de moda de la culinaria japonesa que aquí tiene una destacada presencia.
Sí, en cambio, "Tatu" nos acercó la pesca al vapor (lenguado entero), uno de los platos más logrados de la carta. Otra variante es la pesca del día a la plancha con bok choy.
El postre emblema de la casa son las paletas heladas de chocolate y chilly, o matcha (helado de té verde); mousse de maní, y banana shot con miel y coco.
Otro punto fuerte de la casa son los tragos. ideales para acompañar los platos de carácter asiático.. Como el que lleva el nombre de la casa está preparado con whisky, syrup, menta, lima, albahaca y soda. Hay varias opciones de cócteles de autor, y sobre todo gin tonic clásicos o bien otros revisionados, como el que lleva pepino, verde, enebro, lima y jengibre o cardamomo).
Para quienes prefieran los vinos, la mejor opción para nosotros es el Passo Blanco, de la Bodega Masi Tupungato, un exclusivo corte de Pinot Grigio y Torrontés. O el Passo Doble, con 70% de Malbec y 30% de Corvina Veronese.
Opio Gastropub es altamente recomendable por su relación costo beneficio. Y si nos permiten el consejo, hay que acomodarse en la barra, cerca de "Tatu" Rizzi, al que es un lujo verlo trabajar y escuchar de su boca algunos comentarios sobre la cocina que lo atrapó en sus viajes por el sudeste asiático.
En hoja de loto.
Ensalada de pescado, vegetales y fideos muy picantes.
La sartén apetecible.
Bien colorido.
Diego "Tatu" Rizzi en acción.