Editorial

Cuando los periodistas gastronómicos nos miramos el ombligo

Domingo, 25 de marzo de 2018

A veces a los periodistas no nos queda otra que hacer periodismo de periodistas. Aunque parezca que escribimos notas solo para nosotros mismos, la realidad indica que desnudando las intimidades propias ayudamos a los lectores a entender nuestra profesión.

Cuando un viejo periodista a punto de jubilarse ha pasado por muchos rubros como es nuestro caso (deporte, política, cine, agro, gastronomía), es fácil hacerse una idea de lo que ocurre alrededor y también adentro de la profesión.

Tal como nos resultó muy fácil ingresar al periodismo agropecuario, las cosas se dieron a la inversa en los primeros tiempos de incursión en la gastronomía. Era tiempos de pocos, reacios a aceptar la aparición de una nueva generación de colegas.

En nuestro caso, hecho inédito, llegábamos desde el campo, ese misterioso generador de alimentos que los veteranos periodistas gastronómicos de entonces jamás habían pisado salvo que se tratase de viñedos.

Debemos todo a la Revista El Conocedor (la original) y a sus mentores, Augusto Foix y Gustavo Choren. Cuando la publicación cambió de manos y la nueva secretaria de redacción nos pasó una lista extensa de restaurantes a visitar, y le preguntamos cómo se iba a solventar el consumo, nos respondió: "llamá para que te inviten".

Nos quedamos apenas con los restaurantes del interior del país, pues por esa época viajábamos muy seguido por la actividad agropecuaria, que compartimos con la gastronómicas durante más de veinte años.

Toda esta introducción viene a cuento de que a veces no tenemos más remedio que hacer periodismo de periodistas. Y eso responde a la necesidad de contarles a nuestros lectores algunos secretos de la profesión, el día a día y la diferente forma en que actuamos los periodistas gastronómicos.

Por eso celebramos que la colega mendocina Alicia Sisteró haya publicado esta semana una nota en Food Lovers Pasión por la Cocina https://www.mdzol.com/nota/786618-el-abc-de-la-critica-gastronomica/, cuya lectura recomendamos. Compartimos sus opiniones mayoritariamente, no es su totalidad. Pero es muy bueno que no estemos solos, que haya colegas que se animen a escribir estas cosas que la mayoría calla por conveniencia.

En Fondo de Olla © hemos tocado el tema en repetidas oportunidades, quizá en la ingenua pretensión de que algunos colegas se sientan en la necesidad de recurrir a la deontología (para la R.A.E.: "parte de la ética que trata de los deberes, especialmente de los que rigen una actividad profesional", y "conjunto de deberes relacionados con el ejercicio de una determinada profesión").

Días pasados, un reconocido colega con el que compartimos un almuerzo, nos decía que el camino que eligió FDO es el más sinuoso, porque no todos aceptan las críticas y en definitiva eso va en desmedro de la parte comercial del negocio, porque al fin y al cabo todos trabajamos para ganar dinero y no para hacer beneficencia.

Para quienes deseen adentrarse en el tema, les recordamos algunas de las notas publicadas en Fondo de Olla © referidas al delicado tema de la ética en la prensa gastronómica.

http://www.fondodeolla.com/nota/nota-10-cosas-que-no-debe-hacer-un-periodista-gastronomico/

http://www.fondodeolla.com/nota/14043-periodistas-en-off-side/

http://www.fondodeolla.com/nota/13977-periodismo-gastronomico-s-o-s/

http://www.fondodeolla.com/nota/periodismo-gastronomico-una-crisis-de-identidad/

http://www.fondodeolla.com/nota/neron-y-yo-mi-perro-es-periodista/

Verán que no es oro todo lo que reluce. Que no todo es caviar y foie gras, que no todo es champagne francés (aunque sea redundante, lo aclaramos), que no todo es glamour, que no todo es sofisticado. A veces es necesario embarrarse las patas en el lodo. Aunque no sea lindo ni maravilloso. Los pies sobre la tierra y la ética ante todo, para ganarnos el respeto de los lectores.

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