Rosell Boher, bodega de familias Viernes, 16 de marzo de 2018Todo el mundo conoce a Rosell Boher por sus vinos espumosos, los mejores del país. Pero quizá no se tenga tan claro la historia que hay detrás: que sus vinos están a la altura de las burbujas y que también cuenta con un Lodge en Alto Agrelo.
Suena francés, pero el origen de los apellidos es catalán. Hay una historia familiar detrás, que se fue escribiendo desde Chacras de Coria, Mendoza. Se registraron cuatro cambios societarios, pero hoy la bodega está en otras manos (de familia): los Torres García.
Y también cuentan con un Lodge en Alto Agrelo, en pleno proceso de crecimiento, con un proyecto más ambicioso aún, vinculado con la industria vitivinícola.
Lo cierto es que cuando Pablo Torres García compró su primera participación en el paquete accionario de Cavas Rosell Boher, ni imaginaba que culminaría quedándose con la totalidad de la empresa. Mucho menos, que por azar del destino (o quizá causalidad y no casualidad), iba a incursionar en el turismo enológico. Finalmente, se cumplió, una vez más, esa regla que dice que quien entra en el mundo del vino se apasiona y no lo deja jamás.
Pero además, los Torres García (hoy Matías -que tenía 21 años cuando su padre ingresó a la sociedad de la bodega-, es el presidente de la empresa), son propietarios de Rosell Boher Lodge, un emprendimiento en plena expansión, que ya dispone de tres "Casas de Viñas" y otras cuatro que se prevé inaugurar en pocos meses. En el edificio principal, donde funciona el restaurante, también ofrecen alojamiento en cuatro amplias habitaciones.
Es curioso saber cómo las cosas se van dando a través del tiempo. Porque en realidad, en el caso de Rosell Boher hay dos historias de familias.
La primera historia tiene varias ramificaciones. Puede decirse que comienza en la Villa Rosell de Vinaroz, en el Empordá, provincia de Girona. Estamos hablando del Siglo X. Ya más cerca en el tiempo, en 1897 Don Pedro Rosell y Mir y Rita Boher emigran a Mendoza. Encarnación Rosell Boher, hija de ambos, en 1899 se casa con Don Bernardo Martínez, los fundadores de la bodega que nacía junto con el nuevo siglo.
De manera que puede decirse que la vitivinicultura a Pepe (Alejandro, en realidad) Martínez Rosell, enólogo de la bodega que une en su nombre los apellidos de sus antepasados, el vino le sale por los poros. Basta escucharlo con la pasión que pone para contar tanto historia como presente, para darse cuenta.
Y esa escucha sucede precisamente en las históricas instalaciones de Cavas Rosell Boher en Chacras de Coria. Esa misma que, con la incorporación de última tecnología, permanece inalterable más allá del tiempo y los proyectos. Los tan elogiados espumantes seguirán durmiendo su evolución en las históricas cavas de casi 120 años.
Continuando el ciclo: quiso el destino que 100 años después de aquellos lejanos inicios, uno de los nietos de Don Bernardo fuera partícipe de la recuperación de la bodega de sus abuelos, lo que evitó la demolición que hubiera sido un pecado. Por aquel entonces, Pepe Martínez Rosell ya hacía rato que trabajaba haciendo vinos y espumantes.
El capítulo más reciente
Este próximo capítulo, mucho más reciente, cuenta cómo Pablo Torres García llega a comprar una bodega que ni siquiera había visto.
"¿Por qué lo hiciste?", le preguntamos durante la visita al Lodge, la Finca Los Arboles y las propias instalaciones de Chacras de Coria. Y la respuesta no deja de asombrar: "Porque me gustaron siempre sus productos".
La situación conlleva un importante grado de audacia (y de locura si se quiere). Los Torres García decidieron el año pasado comprar el 25% que aún permanecía en manos del socio minoritario, redoblando la apuesta.
Sin olvidar el pasado, viviendo un presente pleno y pensando en el futuro, la bodega realizó importantes cambios también en el área de producción: desde fortalecer la línea Casa Boher con lanzamientos como el Casa Boher Gran Chardonnay o su versión tinta, el Gran ReservaCasa Boher.
Al mismo tiempo, decidió discontinuar su línea de vinos tranquilos, sin madera: Viñas de Narvéz. Esto significa poner en un pie de igualdad (y de calidad), a los espumosos que todos conocen, con los vinos que hoy se presentan en el mercado: Casa Boher Malbec, Merlot, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Sauvignon Blanc; Gran Chardonnay y Gran Reserva.
Por el momento, los espumosos son cinco: Casa Boher Extra Brut, Rosell Boher Brut, Rosell Boher Rosé, Rosell Boher Grand Cuvée Millésimée y Grand Cuvée 70 Meses.
En Alto Agrelo, el emprendimiento llegó por imperio de esa combinación a veces extraña de casualidades y causalidades. Lo cierto es que Rosell Boher Lodge, con el impulso familiar, ganó el Premio Best of Great Wine Capitals al "Mejor Lodge de Vinos 2017" y, en 2019, competirá en el rubro "Mejor Desarrollo Arquitectónico", representando a la Argentina.
Este emprendimiento enoturístico, enmarcado en las casi 40 hectáreas de viñedos propios, está inaugurando su nueva cava subterránea con capacidad para más de 25.000 botellas. Allí, huéspedes y público en general, podrán disfrutar de una experiencia plena del mundo del vino, con degustaciones y distintas actividades. Y sobre la cava misma, en su terraza, pueden desarrollarse eventos tanto sociales como empresariales de hasta 500 personas.
El restaurante, brinda servicio no sólo a huéspedes alojados, sino también al público en general. Elabora todo "en casa" y trabaja con productos locales. Además de los menús (siempre acompañados con los productos de la bodega), existe la posibilidad de pedir a la carta (que varía a diario). Y si los huéspedes de las Casas de Viñas lo desean, se les proporcionan todos los insumos para cocinarse y hasta hacer un asado sin necesidad de salir a comprar la carne y el resto de los alimentos.
Próximamente, se desarrollará una huerta orgánica para abastecer la cocina del Lodge. Y en 2019, tras finalizar las casas de viñas en marcha, se comenzará la construcción del Spa.
Y quedó dicho: habrá más historia para contar. Una segunda etapa prevé ampliar las casas de viñas hasta un máximo de 18, así como hay ya un lugar previsto para la construcción de una futura bodega destinada a vinos tranquilos, preservando la joya de Chacras para los espumantes.
En Cavas Rosell Boher suben las burbujas y se unen dos historias de familias: una en la que se refleja una gesta de inmigrantes españoles. Y otra actual, de un grupo también familiar que decide invertir en el país. Cuando Pablo Torres García dice con pasión que "éste es el mejor país del mundo para vivir y para invertir", uno puede tener alguna duda; pero basta ver lo que ha conseguido en base a trabajo y esfuerzo, y se esfuman todas las dudas. Y las burbujas siguen subiendo, no paran de crecer.
Casas de Viñas
Rosell Boher Lodge en Alto Agrelo
Montañas, agua, viñedos.
Vinos y espumosos de Rosell Boher
Jamón crudo mendocino
Tiempo de vendimia
Pura belleza
Al Gran Malbec Argentino, salud
Casa de huéspedes en el lodge
La histórica bodega en Chacras de Coria
Finca Los Árboles en Vista Flores
Donde descansan las burbujas
Todo el mundo conoce a Rosell Boher por sus vinos espumosos, los mejores del país. Pero quizá no se tenga tan claro la historia que hay detrás: que sus vinos están a la altura de las burbujas y que también cuenta con un Lodge en Alto Agrelo.
Suena francés, pero el origen de los apellidos es catalán. Hay una historia familiar detrás, que se fue escribiendo desde Chacras de Coria, Mendoza. Se registraron cuatro cambios societarios, pero hoy la bodega está en otras manos (de familia): los Torres García.
Y también cuentan con un Lodge en Alto Agrelo, en pleno proceso de crecimiento, con un proyecto más ambicioso aún, vinculado con la industria vitivinícola.
Lo cierto es que cuando Pablo Torres García compró su primera participación en el paquete accionario de Cavas Rosell Boher, ni imaginaba que culminaría quedándose con la totalidad de la empresa. Mucho menos, que por azar del destino (o quizá causalidad y no casualidad), iba a incursionar en el turismo enológico. Finalmente, se cumplió, una vez más, esa regla que dice que quien entra en el mundo del vino se apasiona y no lo deja jamás.
Pero además, los Torres García (hoy Matías -que tenía 21 años cuando su padre ingresó a la sociedad de la bodega-, es el presidente de la empresa), son propietarios de Rosell Boher Lodge, un emprendimiento en plena expansión, que ya dispone de tres "Casas de Viñas" y otras cuatro que se prevé inaugurar en pocos meses. En el edificio principal, donde funciona el restaurante, también ofrecen alojamiento en cuatro amplias habitaciones.
Es curioso saber cómo las cosas se van dando a través del tiempo. Porque en realidad, en el caso de Rosell Boher hay dos historias de familias.
La primera historia tiene varias ramificaciones. Puede decirse que comienza en la Villa Rosell de Vinaroz, en el Empordá, provincia de Girona. Estamos hablando del Siglo X. Ya más cerca en el tiempo, en 1897 Don Pedro Rosell y Mir y Rita Boher emigran a Mendoza. Encarnación Rosell Boher, hija de ambos, en 1899 se casa con Don Bernardo Martínez, los fundadores de la bodega que nacía junto con el nuevo siglo.
De manera que puede decirse que la vitivinicultura a Pepe (Alejandro, en realidad) Martínez Rosell, enólogo de la bodega que une en su nombre los apellidos de sus antepasados, el vino le sale por los poros. Basta escucharlo con la pasión que pone para contar tanto historia como presente, para darse cuenta.
Y esa escucha sucede precisamente en las históricas instalaciones de Cavas Rosell Boher en Chacras de Coria. Esa misma que, con la incorporación de última tecnología, permanece inalterable más allá del tiempo y los proyectos. Los tan elogiados espumantes seguirán durmiendo su evolución en las históricas cavas de casi 120 años.
Continuando el ciclo: quiso el destino que 100 años después de aquellos lejanos inicios, uno de los nietos de Don Bernardo fuera partícipe de la recuperación de la bodega de sus abuelos, lo que evitó la demolición que hubiera sido un pecado. Por aquel entonces, Pepe Martínez Rosell ya hacía rato que trabajaba haciendo vinos y espumantes.
El capítulo más reciente
Este próximo capítulo, mucho más reciente, cuenta cómo Pablo Torres García llega a comprar una bodega que ni siquiera había visto.
"¿Por qué lo hiciste?", le preguntamos durante la visita al Lodge, la Finca Los Arboles y las propias instalaciones de Chacras de Coria. Y la respuesta no deja de asombrar: "Porque me gustaron siempre sus productos".
La situación conlleva un importante grado de audacia (y de locura si se quiere). Los Torres García decidieron el año pasado comprar el 25% que aún permanecía en manos del socio minoritario, redoblando la apuesta.
Sin olvidar el pasado, viviendo un presente pleno y pensando en el futuro, la bodega realizó importantes cambios también en el área de producción: desde fortalecer la línea Casa Boher con lanzamientos como el Casa Boher Gran Chardonnay o su versión tinta, el Gran ReservaCasa Boher.
Al mismo tiempo, decidió discontinuar su línea de vinos tranquilos, sin madera: Viñas de Narvéz. Esto significa poner en un pie de igualdad (y de calidad), a los espumosos que todos conocen, con los vinos que hoy se presentan en el mercado: Casa Boher Malbec, Merlot, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Sauvignon Blanc; Gran Chardonnay y Gran Reserva.
Por el momento, los espumosos son cinco: Casa Boher Extra Brut, Rosell Boher Brut, Rosell Boher Rosé, Rosell Boher Grand Cuvée Millésimée y Grand Cuvée 70 Meses.
En Alto Agrelo, el emprendimiento llegó por imperio de esa combinación a veces extraña de casualidades y causalidades. Lo cierto es que Rosell Boher Lodge, con el impulso familiar, ganó el Premio Best of Great Wine Capitals al "Mejor Lodge de Vinos 2017" y, en 2019, competirá en el rubro "Mejor Desarrollo Arquitectónico", representando a la Argentina.
Este emprendimiento enoturístico, enmarcado en las casi 40 hectáreas de viñedos propios, está inaugurando su nueva cava subterránea con capacidad para más de 25.000 botellas. Allí, huéspedes y público en general, podrán disfrutar de una experiencia plena del mundo del vino, con degustaciones y distintas actividades. Y sobre la cava misma, en su terraza, pueden desarrollarse eventos tanto sociales como empresariales de hasta 500 personas.
El restaurante, brinda servicio no sólo a huéspedes alojados, sino también al público en general. Elabora todo "en casa" y trabaja con productos locales. Además de los menús (siempre acompañados con los productos de la bodega), existe la posibilidad de pedir a la carta (que varía a diario). Y si los huéspedes de las Casas de Viñas lo desean, se les proporcionan todos los insumos para cocinarse y hasta hacer un asado sin necesidad de salir a comprar la carne y el resto de los alimentos.
Próximamente, se desarrollará una huerta orgánica para abastecer la cocina del Lodge. Y en 2019, tras finalizar las casas de viñas en marcha, se comenzará la construcción del Spa.
Y quedó dicho: habrá más historia para contar. Una segunda etapa prevé ampliar las casas de viñas hasta un máximo de 18, así como hay ya un lugar previsto para la construcción de una futura bodega destinada a vinos tranquilos, preservando la joya de Chacras para los espumantes.
En Cavas Rosell Boher suben las burbujas y se unen dos historias de familias: una en la que se refleja una gesta de inmigrantes españoles. Y otra actual, de un grupo también familiar que decide invertir en el país. Cuando Pablo Torres García dice con pasión que "éste es el mejor país del mundo para vivir y para invertir", uno puede tener alguna duda; pero basta ver lo que ha conseguido en base a trabajo y esfuerzo, y se esfuman todas las dudas. Y las burbujas siguen subiendo, no paran de crecer.
Casas de Viñas
Rosell Boher Lodge en Alto Agrelo
Montañas, agua, viñedos.
Vinos y espumosos de Rosell Boher
Jamón crudo mendocino
Tiempo de vendimia
Pura belleza
Al Gran Malbec Argentino, salud
Casa de huéspedes en el lodge
La histórica bodega en Chacras de Coria
Finca Los Árboles en Vista Flores
Donde descansan las burbujas