Retiro vía Hurlingham

Más que un Club

Viernes, 20 de octubre de 2017

La Casona del Retiro podría ser apenas un restaurante de club más, donde solo se satisface el deseo de los socios de comer algo rápido y "más o menos", muchas veces "menos que más". Pero no lo es, porque el chef Miguel Ángel Sosa ofrece aquí una cocina que va desde platos simples a elaborados. Es "Más que un Club".

La Casona del Retiro - Crucero General Belgrano 1336 Hurlingham - Teléfono 5434-4666/4665-8715. Abierto todos los días mediodía y noche. Principales tarjetas.

Cocina: Porteña y de Autor

Lugar: Hurlingham

Precio: $$$

Quizá los lectores se sorprendan cuando identificamos más arriba el estilo de cocina de La Casona del Retiro. Se trata de un restaurante de club de barrio y de rugby (El Retiro), ubicado a media cuadra de la estación Hurlingham del Ferrocarril San Martín.

En este tipo de lugares, buena parte del público reclama minutas, tal vez milanesas con papas fritas, pizzas y empanadas como menú básico. Pero también se advierte desde el vamos que, pese a la sencillez del lugar, el chef está para cosas más grandes. Y aún en los platos más "comunes" esto queda en evidencia.

Lo dijimos hace un tiempo y lo reiteramos ahora: en la carta de La Casona del Retiro conviven estos platos porteños de toda la vida con otros muy creativos, en los que se denota un esfuerzo por poner la gastronomía del Conurbano (y de los clubes de barrio) en un plano superior. En ese sentido, este lugar es una rara avis.

Para que no se olviden los lectores de Fondo de Olla, porque Miguel Ángel Sosa ha sido motivo recientemente de una nota en la sección ¿Y dónde está el chef?, resumimos parte de su trayectoria: pasó por el Hilton, trabajó en el Hotel La Mola, el Arts Barcelona y el Hotel Rey Juan Carlos I. Y previo a abrir su propio emprendimiento, fue gerente de Operaciones de La Cabrera. Participó de las aperturas de los locales de Manila y Lima.

En ocasión de nuestra reciente visita, el chef acababa de estrenar la carta de primavera, en la cual no faltan las empanadas de carne que siempre nos tientan, y comenzamos con una de ellas, frita, jugosa, como deben ser.

Continuamos con una ensalada de quinoa, palta y salmón ahumado, con mayonesa de lima, presentada como si fuera un tartar, un plato ideal para esta época en que comienzan las temperaturas elevadas.

Las mollejas, solo acompañadas con unas hojas de verdes y vinagreta de naranja, estaban crocantes y fileteadas como acostumbramos a comerlas en La Brigada.

Uno de los mejores platos de la carta es sin dudas el lingote de cordero, caramelizado, y con "rústico" de verduras.

Y para el final un corte de los más pedidos: bife de chorizo con hueso. Hay que agregar que la propuesta de carnes se asemeja más a las grandes parrillas argentinas que a lo que puede ofrecer un restaurante de club. De su paso por La Cabrera, Sosa elige la mejor materia prima en cortes como ojo de bife, bife de chorizo, entraña y picaña. También bife de chorizo madurado durante 15 días.

Quedaron para la próxima visita otras opciones de la carta, como la "merlucita escabechada de María", las papas rústicas con huevo revuelto, panceta y verdeo; fusilli con crema de brócoli; sorrentinos de bondiola braseada a la cerveza; o malfatti de ricota, espinaca y tomate.

Entre los principales, opciones como meloso de ternera en croûte de pimienta y crema de hongos, más puré de vegetales ahumados; pamplona de cerdo con peras asadas y queso brie, verdes y cherries; o corvina grillada con crema de limas sobre milhojas de pasas.

Y hasta una hamburguesa de 200 gramos de Kobe Beef, con cebolla morada confitada, o ribs a la cerveza con coleslaw y papas rústicas.

Para el final, hay postres clásicos, pero esta vez se optó por probar algunos de los helados hechos "en casa" y con algunos sabores muy jugados (preguntar opciones del día).

Al mediodía sirven menús, de muy buena relación precio calidad. La carta de vinos muestra una preocupación por ofrecer mucho más que etiquetas tradicionales. Y la sorpresa es el ítem cervecero, donde se pueden degustar marcas poco frecuentes en los restaurantes locales. Además, está el Sport Pub, de donde salen tragos y cócteles de muy buena factura.

Está claro: La Casona del Retiro es Mucho más que un Club, tal cual el eslogan del Fútbol Club Barcelona, ciudad en la cual el chef Miguel Ángel Sosa atesoró gran parte de su bagaje gastronómico.



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