Editorial

El vino no se mancha

Domingo, 24 de septiembre de 2017

Aunque lo parezca, la frase no es atribuible a Diego Maradona, sino que simbólicamente la trasladamos a los actores de la producción vitícola, que están que trinan por el ingreso de vino a granel desde Chile y que se fracciona de este lado de la cordillera.

Los viñateros están que arden. Al igual que sucede con los electrodomésticos y la ropa, todo lo que viene de Chile es mucho más barato, demasiado. Y esto no pasó inadvertido para algunas bodegas que hacen "número" y "volumen" trayendo vino de mala o regular calidad para llenar luego sus tetras o botellas de vino barato con ese producto que entra al país a valor de dumping.

Para cumplir con las reglamentaciones vigentes, en las etiquetas o contraetiquetas figura la leyenda "Origen Chile" pero como en la letra chica de los contratos de seguros, así de "chiquito". Cuanto más inadvertido posible, mejor.

Es decir que, para decirlo claramente, hay tres grupos vitivinícolas que traen vino de allende la cordillera, porque les resulta más barato. Todo legal por supuesto. ¿Quiénes se ven perjudicados? Los viñateros locales, por supuesto.

Hasta que la taba se dé vuelta y de nuevo los necesiten. Mientras tanto, no les compran o les exigen que les vendan a precio vil, a pérdida inclusive.

Hace algunos días, el Presidente de la Nación, Mauricio Macri, se reunió en la Casa Rosada con representantes del sector "para hablar de todos los temas". Pero al final, no fueron todos los representantes ni todos los temas. Uno de los pocos que respondían a la producción fue José Molina, presidente de la Cámara de Productores Vitícolas de San Juan.

Pero del tema de las importaciones de vino desde Chile, nadie dijo ni mu. La información "oficial" dice que esa reunión se hizo en el marco de la COVIAR (Corporación Vitivinícola Argentina), aunque no se sabe con certeza quién determinó los que integrarían la lista de invitados. Si el gobierno o esta organización.

Entre una larga lista de participantes, estaban los miembros de la COVIAR, integrantes de Bodegas de Argentina y de Wines of Argentina y hasta uno de los bodegueros más identificados con el Kirchnerismo, del cual supo sacar tajada en su momento. Pero hay que adaptarse a los tiempos y a los funcionarios de turno, porque primero está el negocio y luego los principios aunque parezca lo contrario.

Según lo que trascendió y de dichos de algunos de los participantes, como Ángel Leotta, presidente de la COVIAR, se plantearon "varios puntos como el Proyecto de Integración de Pequeños Productores (PROVIAR II) que apunta a mejorar la rentabilidad de los pequeños productores de la cadena vitivinícola; la idea de elevar el reintegro a las exportaciones del 6% al 9%, y "el tema de la reforma impositiva".

No sorprendió tampoco la presencia del titular de Coninagro, Carlos Iannizzotto, en su doble condición de dirigente gremial y representante de F.E.C.O.V.I.T.A. que, como se verá más adelante, es una de las entidades conflictivas en la cuestión de las importaciones.

Iannizzotto dijo que "acompañamos como todas las economías regionales, la inserción del país en el mundo que pretende el gobierno, pero en este gradualismo, también hay que acompañar al sector privado".

También se mencionó "el tema del costo laboral, la utilización de jugo de frutas naturales en bebidas analcólicas y la necesidad de fortalecer el apoyo del gobierno en la promoción de todos los vinos argentinos".

Otra cuestión fue el financiamiento, por cuanto "el sector necesita mejorar el tema garantías para permitir a los pequeños y medianos productores acceder al crédito".

A esta altura, estimado lector, ¿no le llama la atención de que no se haya dicho una palabra de las importaciones desde Chile".

Fondo de Olla estuvo el viernes pasado en San Juan donde se realizó EVISAN, que no es un concurso sino la "evaluación de vinos" de la provincia. Y en ese marco, hablamos con varios viñateros y funcionarios del gobierno local, que se quejaba de no haber sido invitados al encuentro con el Presidente.

Para ser claros, lo que nos manifestaban es que hay tres grupos que están importando vino barato y malo desde el vecino país, perjudicando a los productores locales. Lo que están haciendo es matar "a las gallinas de los huevos de oro", ya que en algún momento van a tener que comprarles de nuevo a estos viñateros que han sido proveedores durante mucho tiempo y a los que tienen cautivos.

¿Quiénes son los "villanos", según estos dirigentes?: el Grupo Peñaflor, RPV (Baggio) y hete aquí la sorpresa. F.E.C.O.V.I.T.A., una cooperativa. Se supone que por tratarse de una entidad "sin fines de lucro", debería proteger los intereses de sus productores y no de los chilenos. Y encima Iannizzotto es presidente de CONINAGRO (organización gremial de tercer grado) en representación de la Federación de Cooperativas Vitivinícolas.

La bronca es mayor en este caso, ya que se considera que tanto Peñaflor como Baggio, están haciendo algo que no está en contra de sus principios institucionales. Y el propio Iannizzotto fue uno de los referentes en la reunión con Macri.

RPV (que es una fraccionadora) ya compró 10 millones de litros a granel, y F.E.C.O.V.I.T.A. otros 5 millones. De esta forma, se aseguraron stock antes de que las principales provincias productoras, donde están radicados, al igual que Peñaflor, decidieran poner trabas al ingreso de vino importado.

El problema, en estos casos, es que hay dirigentes que juegan a dos puntas. Como los curas, dicen "haz lo que yo digo pero no lo que yo hago". Y los que pierden siempre son los productores, que arriesgan, invierten y sufren los embates del clima. Remedando a Don Atahualpa Yupanqui, en este caso sin vaquitas, "las penas son de nosotros, los vinitos son ajenos".

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