Editorial

La relación precio-calidad en los restaurantes

Lunes, 21 de agosto de 2017

Nadie puede discutir que comer en nuestro país es muy costoso, más que en algunos lugares de alto nivel en el exterior. La presión tributaria es la causa principal de este fenómeno. ¿Pero qué pasa con la relación precio-calidad? ¿O sería mejor hablar de la referencia costo-beneficio? La polémica está abierta.

Hay cosas que no nos cierran. Por ejemplo, comer en lugares de elevado nivel como Chila y Aramburu, cuesta a valores dólar alrededor de "150 verdes" por cabeza. Ofrecen menús degustación que tienen detrás un enorme trabajo y el uso de insumos de gran calidad y por ende muy costosos. ¿Eso que ofrecen, entonces, es buena o mala relación precio-calidad? No hay dudas de que la excelencia hay que pagarla.

Por el contrario, vamos a una parrilla que tuvo fama efímera por un hecho puntual en el barrio de San Telmo (por supuesto que no estamos hablando de La Brigada, sino de una vecina) y terminamos pagando más de 1.000 pesos por una porción de mollejas incomibles y un costillar de asado sancochado y duro como una piedra. Eso representa casi la tercera parte respecto de los ejemplos anteriores, pero uno se va mascullando bronca. Es un caso de pésima relación precio-calidad.

Y hay también lugares donde pagás cerca de 300 pesos (menos de 20 dólares) pero la ecuación no te cierra porque comiste mal y/o te atendieron pésimo. De forma tal que todo es relativo. Entonces, una adición de 100 dólares puede resultar "barata" desde la relación costo-beneficio, y otra de 20 "verdes" dólares es "costosa" porque te vas convencido de que fuiste estafado.

                                                                                                                                       Chila: Caro pero el mejor.

Hay otro factor gravitante que necesario considerar para avanzar con este análisis. Si viste la carta (que en todos los casos debería exhibirse en la puerta del local) no tendrás derecho al pataleo. Miraste los precios y aceptaste lo que te proponían. Si en cambio vas a un restaurante y te empiezan a mandar cosas porque "la casa no tiene "carta", luego es probable que te encuentres con una desagradable sorpresa.

Además, debe considerarse que siempre existe el gusto personal de cada persona. Por ejemplo, un restaurante como Kansas está rebosante de público porque evidentemente hay gente que disfruta de ese lugar porque "te estacionan el auto" o porque "está lleno de minas", tal como se pronunciaron algunos lectores cuando publicamos la nota "Kansas Fenómeno Esnob".

Al margen de estas consideraciones, como comensales debemos analizar qué nos dan y cuánto nos cuesta la comida. Y a veces la ecuación costo-beneficio nos deja un sabor amargo en la cuenta bancaria y un dolor de estómago que ni te cuento.

A lo largo de estos siete años y medio de vida de Fondo de Olla, algunos lectores han sugerido que tenemos algo personal contra Francis Mallmann. No es así, claramente. Solo que muy pocas veces hemos encontrado cosas positivas que destacar del cocinero más famoso de nuestro país. Y nunca más oportuno el dicho que dice "la fama es puro cuento".

Ya no vamos a referirnos a Patagonia Sur, porque hemos opinado en su momento. Pero sí a 1884 Francis Mallmann, que funciona dentro de la Bodega Escorihuela Gascón, en Godoy Cruz, Mendoza.

Más allá de la calidad de los vinos que se ofrecen, lo cual está fuera de discusión, nos parece algo desorbitado pagar 1.615 pesos por un menú de tres pasos, a lo que deberán agregarse otros 275 extra por los vinos. Claramente lo segundo es mucho más razonable que lo primero.

¿Por qué decimos esto? Porque las opciones que proponen en un presupuesto al que Fondo de Olla tuvo acceso el mes pasado, resultan demasiado sencillas y de poco nivel como para cobrar esa cifra.

Pasen y vean. Entradas: empanadas mendocinas; pizza con papa y queso "La Suerte"; ensalada de queso de cabra con cebolla, pimiento y berenjenas; o humita.

Principales: ojo de bife con papas dominó; salmón con cous cous y tabule; ravioles de zucchini con rúcula fresca, almendras tostadas y parmesano; o cordero braseado al Malbec durante 7 horas y media (sic, ni siete ni ocho horas) con papas, rúcula y gremolata.

Postres: chocolate "para fanáticos"; ananás grillado con helado de mascarpone; flan de dulce de leche con crema; o un clásico de FM como lo son la frutas quemadas con helado.

¿No les parece poca imaginación no solo para cobrar 100 dólares por estos tres pasos, sino además para justificar que este restaurante figure entre los 50 Mejores de Latinoamérica?

Y sin ir más lejos, en el Restaurante Osadía de Crear, de la Bodega Dominio del Plata, en Mendoza, están cobrando nada menos que $ 1.295 por un Asado Argentino. 

Curiosos, averiguamos qué incluye el famoso Asado Argentino: una tabla de chacinados, embutidos y quesos, acompañados con pan de campo y empanadas. Principal: selección de embutidos (chorizo, morcilla y achuras). Luego cortes de ternera de "primera selección" a las brasas, servidos con papas al plomo, escalibada, verdes con tomates secos y escamas de parmesano. Se sirve con chimichurri. Y BQQ picante y salsa criolla a elección. Postres: trifle de flan con mouse de dulce de leche. Los vinos de la bodega, café y petit fours. ¿Parece mucho no? Así ahuyentan a los turistas.

Todo es relativo, pero hay cosas que se caen de maduras. Y uno como comensal no debe aceptar que le tomen el pelo. Desde nuestro humilde espacio tratamos de ayudar a nuestros lectores a que hagan una buena elección. No siempre van a estar de acuerdo con nuestros puntos de vista pero sepan que siempre actuamos de buena fe y para nada influenciados por intereses personales. Lo que no es poco decir.

Más de Editorial
¿Y ahora qué hacemos con los cubiertos de 200 dólares?
Editorial

¿Y ahora qué hacemos con los cubiertos de 200 dólares?

La economía argentina carece de reglas claras y seguridad jurídica. Y la inflación es un flagelo que, en el mejor de los casos, deberemos seguir soportando por varios meses (o años). Las medidas adoptadas por el nuevo gobierno, como el achicamiento de la banda cambiaria entre el dólar oficial y el blue, han provocado que muchos turistas extranjeros que vendían dólares a los "arbolitos", para luego pagar un valor irrisorio en los restaurantes, fueran rumbeando para otros lados. Si esto se acrecentara, como suponemos que va a ocurrir, ¿qué harán los restaurateurs que cobran 200 dólares ó más por un cubierto.
La gastronomía no tiene género
Editorial

La gastronomía no tiene género

Durante mucho tiempo, demasiado, por cierto, el rol de la mujer en la cocina estaba limitado a las cuatro paredes de su hogar. Ese era su territorio y, por entonces, resultaba imposible encontrarlas dentro de las durísimas cocinas de restaurantes y hoteles. Para bien, las cosas han cambiado y hoy es común que exista igualdad de género en un ámbito machista donde antes predominaba la fuerza bruta por sobre el cerebro.

Probás 100 vinos por día y ya no sabés qué estás tomando
Editorial

Probás 100 vinos por día y ya no sabés qué estás tomando

Tim Atkin vuelve al país para llevar adelante su 14ta degustación anual, invitado por Wines of Argentina. Estará entre nosotros hasta el 8 de marzo (llegó el pasado 15 de febrero). En primer lugar, contará solamente los vinos que le pongan enfrente desde la entidad que promueve la marca y la imagen país de los vinos argentinos. En segunda instancia, haciendo un cálculo grosso modo, nos da la friolera de un centenar de vinos por día. O sea, llega un momento en el que ya ni sabés qué estás tomando.