Estos Sabores no son el CaminoViernes, 7 de julio de 2017En la apertura de la edición 2017 de Caminos y Sabores, el ministro de Turismo, Gustavo Santos, dijo que "esta feria me inspiró el Plan Cocin.AR".
Así es que se malgastan fondos públicos en iniciativas que se malogran desde su nacimiento. Y ahora van a promocionar nuestra gastronomía en el Perú. Ridículo.
Caminos y Sabores es una feria que le interesa sobre todo el público que poco entiende de gastronomía. Lo que no está mal, porque hay un espacio que cubrir en ese sentido. Quizá tomando como modelo a la Exposición Rural de Palermo, el Grupo Clarín inventó esta exposición donde lo único que hacen es vender productos a precio promocional (o no tanto) y la gente compra, se choca en los pasillos y con algo de ese masoquismo que todos tenemos va a sufrir y a vaciar sus bolsillos.
Hasta aquí todo bien, si a uno le gusta tamaño sacrificio, pues adelante. Lo que nos resulta triste y lamentable es observar cómo el Ministerio de Turismo (donde seguramente habrá un cúmulo de buenas intenciones pero nada más que eso), gasta su tiempo y nuestros dineros públicos en fantochadas como llevar cocineros a lugares donde no les interesa la supuesta Cocina Argentina y crear el Plan CocinAR (otra buena intención) de manera desprolija e inconducente.
El ministro cordobés, que se debe haber quedado con el "Fernando" como caballito de batalla (dicho esto irónicamente), le sigue errando al vizcachazo.
Ya lo habíamos escuchado decir obviedades en su discurso durante la apertura del Alvear Icon.
Pero lo que afirmó tras el corte de cintas de Caminos y Sabores raya con el absurdo. Afirmó que "este es un evento inspirador", y argumentó que "cuando era ministro de Turismo de Córdoba tuve la suerte de recibir en mi provincia una edición de esta feria. Ahí aprendí a valorar este espacio de trabajo que pone en la gran vidriera a los productos y productores de todo el país".
Luego señaló que "Caminos y Sabores me inspiró el Plan Cocin.AR que hoy estamos impulsando desde el Ministerio nacional. Se trata de una apuesta a la gastronomía argentina que hace en el producto. Estoy convencido de que esta política va a convertir a nuestro país en las primeras ligas de la gastronomía mundial como hoy se ubica Perú", relató el funcionario.
Un objetivo difícil de cumplir, señor ministro. Al menos mientras sigan trabajando de esta manera, con tilinguería y falta de criterio. Puro bla, bla, bla.
Santos fue más allá al destacar que "es justamente con Perú con quien la Argentina está trabajando para posicionar a la Argentina como referente de la cocina Latinoamericana en el mundo".
Y adelantó que "vamos a festejar el 9 de Julio en Casa Moreira, un restaurante peruano perteneciente a Gastón Acurio, con quien compartimos la misma visión. Allí vamos a degustar la cocina y los vinos argentinos". Muy generoso Acurio como siempre, pero creemos que antes de mostrar solo buenas intenciones mejor sería tomar el ejemplo peruano y no tratar de enseñarles a los que deberían ser nuestro espejo.
Nos surge una pregunta: ¿llevarán a cocinar a Francis Mallmann a Casa Moreira? ¿Será otra vez sopa con pollos colgantes y carne chamuscada?
Santos afirmó que sueña "con la Argentina de la normalidad, con hacer las cosas bien, con decencia". Nosotros también soñamos con eso y con la posibilidad de que hagan las cosas de manera coherente y pensando que la gastronomía regional debe ir de la mano con la territorialidad, con nuestros atractivos turísticos únicos, entre los cuales la comida, claro está, es muy importante pero siempre un pasito detrás porque nosotros no somos Lima donde la gente va a comer.
"Que esta feria siga inundando a la Argentina de inspiración", dijo el ministro. Quizá Santos deba inspirarse en todos aquellos que trabajan desde Ushuaia a La Quiaca desarrollando una cocina honesta y que pone en vidriera a los productos autóctonos.
Llevando siempre a los mismos cocineros mediáticos, adornados con alguien del interior para maquillar la cosa, vamos a continuar lejos de darle identidad a nuestra gastronomía.
Le sigue errando al vizcachazo señor ministro.
En la apertura de la edición 2017 de Caminos y Sabores, el ministro de Turismo, Gustavo Santos, dijo que "esta feria me inspiró el Plan Cocin.AR". Así es que se malgastan fondos públicos en iniciativas que se malogran desde su nacimiento. Y ahora van a promocionar nuestra gastronomía en el Perú. Ridículo.
Caminos y Sabores es una feria que le interesa sobre todo el público que poco entiende de gastronomía. Lo que no está mal, porque hay un espacio que cubrir en ese sentido. Quizá tomando como modelo a la Exposición Rural de Palermo, el Grupo Clarín inventó esta exposición donde lo único que hacen es vender productos a precio promocional (o no tanto) y la gente compra, se choca en los pasillos y con algo de ese masoquismo que todos tenemos va a sufrir y a vaciar sus bolsillos.
Hasta aquí todo bien, si a uno le gusta tamaño sacrificio, pues adelante. Lo que nos resulta triste y lamentable es observar cómo el Ministerio de Turismo (donde seguramente habrá un cúmulo de buenas intenciones pero nada más que eso), gasta su tiempo y nuestros dineros públicos en fantochadas como llevar cocineros a lugares donde no les interesa la supuesta Cocina Argentina y crear el Plan CocinAR (otra buena intención) de manera desprolija e inconducente.
El ministro cordobés, que se debe haber quedado con el "Fernando" como caballito de batalla (dicho esto irónicamente), le sigue errando al vizcachazo.
Ya lo habíamos escuchado decir obviedades en su discurso durante la apertura del Alvear Icon.
Pero lo que afirmó tras el corte de cintas de Caminos y Sabores raya con el absurdo. Afirmó que "este es un evento inspirador", y argumentó que "cuando era ministro de Turismo de Córdoba tuve la suerte de recibir en mi provincia una edición de esta feria. Ahí aprendí a valorar este espacio de trabajo que pone en la gran vidriera a los productos y productores de todo el país".
Luego señaló que "Caminos y Sabores me inspiró el Plan Cocin.AR que hoy estamos impulsando desde el Ministerio nacional. Se trata de una apuesta a la gastronomía argentina que hace en el producto. Estoy convencido de que esta política va a convertir a nuestro país en las primeras ligas de la gastronomía mundial como hoy se ubica Perú", relató el funcionario.
Un objetivo difícil de cumplir, señor ministro. Al menos mientras sigan trabajando de esta manera, con tilinguería y falta de criterio. Puro bla, bla, bla.
Santos fue más allá al destacar que "es justamente con Perú con quien la Argentina está trabajando para posicionar a la Argentina como referente de la cocina Latinoamericana en el mundo".
Y adelantó que "vamos a festejar el 9 de Julio en Casa Moreira, un restaurante peruano perteneciente a Gastón Acurio, con quien compartimos la misma visión. Allí vamos a degustar la cocina y los vinos argentinos". Muy generoso Acurio como siempre, pero creemos que antes de mostrar solo buenas intenciones mejor sería tomar el ejemplo peruano y no tratar de enseñarles a los que deberían ser nuestro espejo.
Nos surge una pregunta: ¿llevarán a cocinar a Francis Mallmann a Casa Moreira? ¿Será otra vez sopa con pollos colgantes y carne chamuscada?
Santos afirmó que sueña "con la Argentina de la normalidad, con hacer las cosas bien, con decencia". Nosotros también soñamos con eso y con la posibilidad de que hagan las cosas de manera coherente y pensando que la gastronomía regional debe ir de la mano con la territorialidad, con nuestros atractivos turísticos únicos, entre los cuales la comida, claro está, es muy importante pero siempre un pasito detrás porque nosotros no somos Lima donde la gente va a comer.
"Que esta feria siga inundando a la Argentina de inspiración", dijo el ministro. Quizá Santos deba inspirarse en todos aquellos que trabajan desde Ushuaia a La Quiaca desarrollando una cocina honesta y que pone en vidriera a los productos autóctonos.
Llevando siempre a los mismos cocineros mediáticos, adornados con alguien del interior para maquillar la cosa, vamos a continuar lejos de darle identidad a nuestra gastronomía.
Le sigue errando al vizcachazo señor ministro.