Colegas que dan vergüenza ajena

La Guerra del Cerdo

Viernes, 9 de junio de 2017

Se la agarraron con Chochán. Una periodista parece que se enojó porque le cobraban, encima es vegetariana y quería comer en un restaurante dedicado al cerdo. Luego comenzó a atacar al restaurante en las redes sociales. El mundo está lleno de "garrones".

Vayamos por partes. Una periodista X que escribe en una revista X, llamó a Chochán para hacerse invitar. ¿Qué otra cosa quiere alguien que avisa que va a ir a comer? Si encima no sos una periodista famosa ni siquiera hacés críticas de restaurantes.

La dama en cuestión, que responde al seudónimo de Mery M, escribió en las redes sociales lo siguiente: "Me pareció interesante cuando apareció un pedido de like en mi Facebook. Avisé que iba a pasar a conocerlo, pagando mi cena por supuesto (más que mi cena la de mi acompañante, porque yo no como carne), porque pensé que quizás era interesante para proponerlo para una nota. La decepción fue grande. El lugar es sucio, carísimo y solo tienen dos o tres platos como uñas de cerdo, pezuñas, en fin, los desperdicios. Se acercó una moza para decirnos lo que teníamos que comer acompañado de una limonada".

Y agrega: "cuando yo pago mi cena, pido lo que quiero. Si quiero un vino, que por cierto son pocos, malos, caros, nos lo negaron. Terminamos por irnos. Por suerte, estoy segura de que esa noche terminábamos muy mal del estómago. No sólo no lo recomiendo, sino que recomiendo conocer cientos de restaurantes en Palermo que son serios, educados, razonables en sus precios y no especulan con salir de la bancarrota pidiendo publicaciones".

Bastante mal escrito tratándose de una periodista. Por otra parte, que te pidan un like, no significa que te creas con derecho a llamar para avisar que vas a ir a comer. ¿Si aclarás que "pagás tu cena por supuesto" para qué llamaste? Y luego decís que pagabas solo por tu acompañante porque no comés carne... ¿Para qué vas a un lugar donde se come cerdo? ¿Ibas a mirar como comía tu acompañante?

El lugar no es sucio, es de precio accesible y tienen mucho más que dos o tres cosas. Las uñas de cerdo y las pezuñas, no son desperdicios, pero en todo caso hay muchos platos para elegir. Si no comés carne ni derivados de animales, ¿qué problema te hacés con las uñas y las pezuñas?

Si vas a comer como periodista y te invitan, querida, es usual que te armen una degustación. Pero claro, a vos no, si sos vege. Decís que si pagás tu cena pedís lo que querés. Lógico, pero no es tu caso, llamaste para que te inviten.

No creo que terminaras mal del estómago, si solo hubieras comido una ensalada o ni siquiera eso porque no pensabas pagar tu consumición. Otra cosa: ningún restaurante es serio ni educado, en todo caso lo son los dueños, los chefs o los mozos.

Es difícil pensar que una nota con tu firma en una revista X salve de la bancarrota a un restaurante; tampoco pedir un like equivale a reclamar una nota.

Segundo acto. El comentario de la dueña de Chochán, excelente chef a quien conocimos cuando tenía esa especie de Mini Tomo 1 llamado Aipim.

"Situación con ?Periodista': "Hace un par de días nos escribió al Facebook de Chochán una periodista de una revista para conocer el lugar. Le dijimos que podía venir y coordinamos una visita para hoy a la noche. Llega con su acompañante. Vicky CR los recibe como hace con todos nuestros clientes (quienes tuvieron el placer de conocerla sabe que le pone mucho amor al explicar toda la carta del local), y comienza a comentarles de qué se trata el lugar".

Continúa el relato: "Ella (periodista) es vegetariana y no avisó (ojo, no tengo nada, absolutamente nada, en contra de los vegetarianos pero sos periodista y ¿escribís para ir a conocer un lugar que cocina cerdo? Su acompañante, casi que no escuchó nada de lo que se le contaba y ante la propuesta de lo que queríamos ofrecerle dijo que cabeza no iba a comer, y ante la explicación del huevo escocés dijo que si la yema estaba blandita no le gusta".

Prosigue: "con la bebida, se le ofrecieron nuestras bebidas especiales y querían que les descorcháramos un vino, pero en caso de no querer invitarlo dijeron que podían abonarlo igual".

Y hay más: "cuando me entero de toda la situación, me acerco a la mesa muy amablemente a explicarles que cuando nosotros invitamos a periodistas por lo general nos gusta que prueben los platos que nos identifican realmente, a lo que se me responde que nunca le ponen limitaciones cuando van a comer a lugares y que ya habían dicho que el vino lo podían pagar. A eso respondo que no me sirve que vengan a probar lo que ellos quieren, más siendo la persona que escribe vegetariana. Me dicen también que una invitación no es un compromiso de nota (no, claro que no, pero si yo invito tengo derecho a elegir lo que se sirve".

La historia termina así: "se levantan, no me dejan terminar de explicarles y me rematan diciéndome que se iban rápido porque no iban a llegar a comer a otro lugar. Seguido de un mensaje en Facebook diciendo que la visita nunca se concretó por nuestra mala educación y que esa iba a ser su reseña. Dios, me indigna, porque si van a comer de arriba, por lo menos háganlo con un toque de carpa. Lamento por los periodistas gastronómicos que sí son profesionales que gente de este tipo tire abajo su oficio".

Y la verdad es que Naiara tiene razón. Después caemos todos en la misma bolsa. Si sos vegetariano, no comés cerdo y ni siquiera pescado, podés ir a un lugar vegano. No se debe manguear bajo ninguna circunstancia, pero para la periodista Mery M parece que esto es algo habitual.

La periodista siguió la guerra en Trip Advisor, donde todo el mundo pone lo que se le canta sin el mínimo control sobre la veracidad de lo que se dice.

Corolario de esta historia: Naiara, no les de bola, Mery M no existe, pero eso sí, no seas tan ingenua. No será la primera vez ni la última que te llamen para ir a comer gratarola. Somos un gremio muy chiquito, somos pocos y nos conocemos mucho. Protegete de los "garrones", son iguales a los "termitas".

Y ya que estamos hablando de cerdo, lo que nos queda por decir es que "la culpa no la tiene el chancho sino quien le da de comer". 

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