En la ribera de Quilmes

De Cook te cocina

Miércoles, 11 de enero de 2017

En un juego de palabras bilingüe, De Cook se asocia a CUQ (Círculo Universitario de Quilmes), en cuyo predio funciona. Es una propuesta de parrilla y restaurante que sobresale por su relación precio calidad y su ubicación frente al río de la Plata.

De Cook- Avenida Cervantes 1345- Teléfono: 4254-1936. Abierto jueves a sábados noche; sábados y domingos al mediodía. Principales tarjetas.

Tipo de Cocina: Parrilla y Minutas

Lugar: Quilmes

Precios: $$$

Gabriel Cicero, gastronómico de muchos años al igual que su hermano Damián, atiende el restaurante del CUQ, en la ribera quilmeña, con entrada independiente a la del club.

Lo conocimos hace muchos años cuando era uno de los mozos de Katrine, en Puerto Madero. Ambos Cicero, vale decirlo, son polifuncionales. Si la gastronomía fuera como el fútbol, te juegan en cualquier puesto, hasta de arquero.

En De Cook, juego de palabras que remite onomatopéyicamente a como le se le llama comúnmente al Círculo Universitario de Quilmes, Gabriel actúa como concesionario, anfitrión, parrillero y si hace falta hasta de mozo.

La vieja casona que aloja al restaurante cuenta con varios salones (que pueden contratarse sin otro costo que la comida y el servicio) y un precioso deck de madera con privilegiada vista al río de la Plata.

La propuesta es simple, con platos ricos y sencillos, además de la clásica parrilla muy demandada por los clientes. Un típico restaurante de club, pero con un especial cuidado por lo que se ofrece, que no brilla por lo sofisticado sino por la simpleza y los buenos precios. Nada más y nada menos que eso, que tan poco abunda hoy en la gastronomía local.

Si bien en la carta proponen una picada para dos o cuatro persona (muy buena opción para la hora del atardecer, nos inclinamos más por las empanadas (las de carne cortada a cuchillo, fritas, o las de cordero). Y si es posible, no perderse la provoleta De Cook, rellena de cerdo, morrón y albahaca, lo mismo que la tortilla de papas y cebolla como la El Casal.

No faltan las milanesas (sobre todo la Napolitana, para la que se puede elegir guarnición). Y el matambre a la pizza, así como la hamburguesa casera, una licencia para los pibes del club hambrientos después de un cansador partido de rugby.


Y también hay pastas, como los ravioles de ricota y verdura; los sorrentinos de jamón crudo, rúcula, mozzarella y parmesano, o los ñoquis de papa.

Pero quedó dicho que el fuerte de la casa es la parrilla. Gabriel conoce el oficio como pocos. Para comenzar, salen chorizos de puro cerdo, morcilla, riñones, chinchulines y mollejas.

Luego asado banderita, vacío de ternera en cocción lenta, bife de chorizo de 400 gramos, entraña jugosa, bondiola de cerdo y cordero patagónico. O simplemente la parrillada para dos o cuatro comensales. A pedido también se puede probar la joyita de los Cicero, el cochinillo.

A la hora de los postres parece ineludible el flan casero de puro huevo, que algunos acompañan con dulce de leche o crema, o ambas cosas. Asimismo, hay fresco y batata, y la tarta tibia de manzana con helado de americana.

La carta de vinos está muy bien armada, sobre todo porque encontramos etiquetas como el Domingo Molina Malbec o Cabernet Sauvignon, Las Perdices y Domados. Además, claro, de que están representadas las bodegas más conocidas.

Para estos meses de mucho calor, la propuesta que ofrece De Cook resulta más que tentadora. Una cocina que responde a la simpleza, lo rico y los precios accesibles. Y un lugar que vale la pena disfrutar, a solo 20 minutos de autopista desde la Capital Federal.

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