10 cosas que no deben hacer los periodistas

La insufrible prensa gastronómica

Martes, 23 de agosto de 2016

Lo que no debieran hacer los periodistas gastronómicos, pero muchos hacen. Una de las peores costumbres es llegar tarde. Manguear también. Escudar la mediocridad llamando la atención, ser soberbios y varios vicios más.

Hace algunas semanas, la discusión quedó abierta durante una cena de prensa, por la falta de puntualidad de algunos periodistas gastronómicos (que son siempre los mismos). Alguien dijo que los maleducados son los que invitan y deciden esperar a los que llegan tarde. No, de ninguna manera: los impuntuales también son maleducados y/o mal aprendidos, tanto o más que los anfitriones que los soportan y apañan. 

La excusa del colega que justificaba a esta caterva de desubicados, es que están trabajando. En realidad se supone que todos somos trabajadores, pero si aceptás ir a un evento organizá tu día de manera que no llegues tarde. Si uno lo puede hacer, ¿por qué los otros no?

Hace un par de meses fuimos citados por una empresa de bebidas en la puerta del MALBA para salir con una combi hacia su planta de elaboración. A las 12.25 estuvimos ahí (el horario era a las 12.30). Parados en la vereda, recién nos hicieron subir al vehículo a las 12.50. "Ya salimos, nos dijeron". No fue así, a las 13.10 la combi seguía estacionada y sin noticias respecto a la salida. En ese momento, algún que otro colega muy sueltos de cuerpo, se acercaban caminando con gran parsimonia. Ahí mismo nos bajamos aun sabiendo que perdíamos la visita, el tiempo y el dinero gastado para trasladarnos hasta y desde el lugar de salida. Esto demuestra que la mala educación viene por ambos lados.  

A priori podría pensarse que esta nota solo tiene interés para nuestro gremio, el de los periodistas. Pero no es así, porque los restaurateurs, chefs, mozos, empresarios alimenticios, sommeliers, bodegueros, enólogos y hasta los mismos consumidores, se ven afectados por lo que nosotros escribimos y decimos.

Y pocas veces damos el ejemplo, sino todo lo contrario. Para colmo de males, en la fauna aparecieron advenedizos que, amparados en sus relaciones personales, son valorados académicamente como si fueran descubridores del oficio. Son los peores, los más garroneros, los que subestiman al resto, critican a escondidas y hasta desprecian al género femenino. 

PERIODISTAS QUE MANGUEAN, SE HACEN INVITAR, SE ENOJAN CUANDO NO LOS INVITAN, PIDEN HOTELES CINCO ESTRELLAS EN LOS VIAJES. PERO HAY OTRAS COSAS MUY GRAVES, COMO LLEGAR TARDE TODO EL TIEMPO.

Se nos ocurrió hacer un decálogo de cosas que no deben hacer los periodistas gastronómicos y que hacen, encima regocijándose de su actitud desubicada. Pasen y vean, no hace falta echar ningún centavo por la ranura.

1) Falta de puntualidad: por lo general son siempre los mismos los que llegan tarde y piensan que de esa manera llaman la atención, creen ser importantes por no ser puntuales e ir cuando se les canta. En realidad, son maleducados. Hay que esperarlos media hora, una hora, a veces más, porque los organizadores pretenden que estén todos cuando comienzan las explicaciones, el almuerzo o la cena. Y si te bancaste una hora parado con una copa en la mano, jorobate por ser puntual. Estaría bueno que de una vez por todas, alguien tenga el coraje de empezar el evento a la hora señalada y no cuando un maleducado quiera, aun si avisa de su retraso. Si vas a llegar tarde, quedate en tu casa.

2) Preguntar cuando se llega tarde: Si llegás tarde, colega, al menos no preguntes si el evento ya comenzó. Lo más probable es que pongas de mal humor al resto de los presentes, ya que eso mismo es casi seguro que fue preguntado antes por otro y se explicó en tiempo y forma.

3) Exceso de adjetivaciones: imperdible, maravilloso, fantástico, etcétera. El uso de adjetivaciones exageradas es apenas una máscara para encubrir que se está haciendo un "chivo". O cuanto menos querés quedar bien, por las dudas. Si sos el destinatario de estos elogios desmedidos, desconfiá porque te va a salir caro.

4) Creerse los dueños de la verdad: hay veces en que algunos de nuestros colegas nos dan vergüenza ajena. Hay que ser humildes y saber escuchar. No es necesario tampoco apelar a excentricidades para intentar demostrar que somos "figuras" del espectáculo gastronómico. Los periodistas hacemos crítica, no somos protagonistas de nada. Y si encima no acreditamos conocimientos, damos pena. Otra cuestión recurrente es criticar por criticar, nada te viene bien, bajando línea creen que dan cátedra. Por otra parte, si tenés algo de decir hacelo en forma discreta, no para que todos escuchen y el anfitrión quede descolocado.

5) Ser soberbios: nos gusta dar nuestra opinión, hacer una crítica si está fundamentada. No es lógico que un periodista diga: "ese chef es pésimo" si nunca probamos sus platos. Hasta los inefables jurados de MasterChef prueban las porquerías que hacen los participantes. Aseverar algo sin tener una base sólida de fundamentos, es ser soberbio (e ignorante).

6) Hacerse invitar: estamos en contra de quienes llaman a un restaurante para ser invitados y luego escriben una crítica (favorable, por supuesto). Es cierto que a algunos les da resultado, pero el prestigio personal vale más que comer gratis. Y vaya que los hay. Hasta pretenden que les pagues el taxi a su casa. Y algunos ni siquiera dejan propina.

7) Manguear viajes a las empresas y las embajadas: es verdad que a muchos les da resultado dicha estrategia. Encima, se enojan si el hotel no es de cinco estrellas, si no los llevan a los restaurantes más costosos y les convidan los mejores vinos. Reclaman mucho tiempo libre también. No quieren someterse a la agenda que aceptaron al momento de recibir la invitación. Más allá de que algunas empresas, agencias de prensa y embajadas invitan siempre a los mismos periodistas, es mejor quedarse en el molde y que cada uno haga su vida. El prestigio vale más que cualquier viaje. Lo peor es que quienes tienen medios menos importantes, son los primeros en pedir y reclamar.

8) Reclamar por no haber sido invitado: jamás se nos ocurriría en Fondo de Olla ® llamar a alguien que está organizando una comida, un viaje, una degustación, un almuerzo o cena (de lo cual nos enteramos por algún colega) para que nos incluyan en la lista. Tampoco llamar enojados si nos enteramos después de realizado el evento.

9) Pedir vinos en cantidad: algunos colegas piden vinos (nosotros solo escribimos de lo que compramos o nos mandan sin mangueo previo), en cantidad como para darle de beber a un batallón. Si piden al menos que sea una botella, no tres o una caja. Hay una consultora de prensa que suele enviar vinos solamente a los periodistas que los piden. Entendemos que eso es obligar a rebajarnos, a pedir un vino como si estuviéramos en el desierto y no tuviéramos una gota de agua. Va de suyo que no pedimos y no recibimos. Cada uno con su receta. No es la nuestra.

10) Y finalmente, lo más importante, no cambiar de opinión por un aviso publicitario. Eso es corrupción, eso es escribir para el propio beneficio y el de las empresas, no para el lector.

Hoy, cuando existen muchas seudoescuelas de periodismo gastronómico o simplemente cursitos de capacitación, no sabemos si les enseñan a los futuros profesionales cómo hay que comportarse desde el punto de vista de la ética periodística.

En primer lugar, que todos lleguen puntualmente y no los dejen entrar cuando aparecen pasada la hora. A partir de ahí empezaremos a respetar a los demás y a nosotros mismos.



Más de Gastronomía
Menú de pasos en Semana Santa
Gastronomía

Menú de pasos en Semana Santa

Terrazas al Lago Resto, Grill & Bar ofrecerá para esta Semana Santa una propuesta gastronómica especial junto con la Bodega Salentein. El chef Emiliano Cafiso creó un menú de pasos, que estarán acompañados por vinos Salentein Numina.
Cocineras y Cocineros Argentinos, ¡Afuera!
Gastronomía

Cocineras y Cocineros Argentinos, ¡Afuera!

El programa se emitía desde 2009 por la Televisión Pública. A punto de cumplir 15 años en el aire, el ciclo terminará su ciclo el próximo 31 de marzo. Más allá de que ahí había gente valiosa muy cercana a Fondo de Olla ©, creemos que hay un hecho que hizo un click y que fue cuando el año pasado, se incorporó a la jefa de la "Mesa del Hambre", Narda Lepes, dándole al programa un tinte K. A ello, se sumó que lo rebautizaron como "Cocineras y Cocineros Argentinos" (¿o será Argentines?). El título "inclusivo" fue una aberración más de la conducción de Rosario Lufrano en el Canal 7, donde cada vez que aprietan los dedos, sale pus.
Una rosca de Pascua muy parisina
Gastronomía

Una rosca de Pascua muy parisina

¿Sabías que en pleno corazón de Palermo Soho, podés probar una rosca de Pascua como si estuvieras en París? Claro, porque todos los años, en COCU Boulangerie la preparan a la manera de los franceses.